¿Cómo y de qué forma navegamos?, ¿lo hacemos más vía web o preferimos utilizar directamente apps? España lidera en Europa la penetración de smartphones desde 2012, y no parece que esta situación vaya a cambiar.
Según el estudio de marketing mobile de IAB Spain, la penetración de smartphones en individuos mayores de edad alcanza el 97% de la población internauta. Esto es, 29.440.000 personas estimadas en España. Por otro lado, el 2,4% (747.000 personas estimadas) dispone de un móvil sin conexión a Internet. Estos datos refrendan una tendencia que, además, refleja que cada vez nos conectamos más desde dispositivos móviles y menos desde ordenadores o incluso tablets; estas últimas tienen su terreno, pero todavía no alcanzan a competir con el rey de la conectividad.
Nuestro smartphone se ha convertido de forma irremediable en un tentáculo más de nuestro cuerpo, suponiendo una llave para nuestro entorno social y laboral. El “siempre conectados” es un mantra que nos persigue, y a veces nos atormenta. Pero, ¿de qué forma nos conectamos? No existen datos veraces que indiquen que nos conectamos más de un modo u otro, pero todo parece indicar que el entorno app, en muchas ocasiones más intuitivo, cada vez cobra menos fuerza en un futuro en el que la conexión mediante web puede volver a tomar la delantera.
Existen varios factores que determinan el uso de uno u otro sistema: facilidad de navegación, calidad y rapidez de acceso, velocidad de navegación, facilidad para recordar preferencias de navegación…
Son muchos los aspectos en los que, por el momento, ganan las apps, destinadas a necesidades más concretas, quedando la web para informaciones o usos más amplios y menos definidos, aunque seguro pasaremos más tiempo en ellas.
20 apps instaladas de media
Pero ¿cuántas apps usamos?, ¿cuántas tenemos instaladas? Según este mismo estudio, los españoles contamos de media con unas 20 apps instaladas, de las que solo utilizamos unas 11. Otros, en cambio, prefieren liberar espacio y navegar exclusivamente a través de la web. Ahí, Google lo tiene claro, y las páginas web adaptadas a dispositivos móviles tienen más peso para ser mostradas como contenido de mejor calidad y más relevante frente a las que no están adaptadas.
Para muchos usuarios, el tema de que la web móvil se actualicé automáticamente sin necesitar una acción específica del usuario y que las apps necesiten que el usuario descargue actualizaciones para que funcionen las mejoras implementadas, ya es suficiente motivo para optar por la primera opción.
Veremos qué nos depara el futuro; un futuro que, a buen seguro, tendrá hueco para distintas tendencias, y en el que, parece, las apps ocuparán un nicho importante destinado a un uso específico y puntual y la web seguirá cobrando relevancia.