Aprender idiomas no solo es importante para nuestra formación y experiencia profesional. También podría resultar fundamental para mantener nuestra salud mental en estado óptimo, según un reciente estudio de científicos británicos e indios.
Cada día somos más conscientes de la importancia que tiene para nosotros aprender idiomas. Ya sea por una necesidad profesional, puesto que en nuestro empleo necesitemos hablar varias lenguas para comunicarnos con otras compañías o clientes, o por interés personal ante un mundo cada vez más globalizado, lo cierto es que ser capaces de conversar en otras lenguas es fundamental.
En pleno siglo XXI, la ayuda de los nuevos dispositivos móviles resulta de gran importancia para así conocer cómo leer y escribir en otro idioma, como nos demostraron desde Colombia con el uso de tablets en comunidades indígenas. Aplicaciones como Duolingo, una de las más populares para aprender idiomas, son una buena muestra de cómo la tecnología nos ayuda en nuestra formación.
La razón por la que hoy en Think Big os hablamos del esfuerzo de saber otra lengua no se basa en cuestiones personales o profesionales. El motivo está en el cuidado de nuestra salud, ya que según un estudio publicado en la revista Neurology, aprender idiomas podría retrasar la aparición de demencia.
El estudio, realizado por científicos indios y británicos, examinó la salud mental de 648 pacientes de la India, en los que se observó que los individuos bilingües desarrollaban demencia «cuatro años y medio más tarde que los monolingües», como recogen desde la Agencia SINC.
Del número total de personas estudiadas, 240 sufrían del mal de Alzhéimer, 189 presentaban demencia vascular, 116 demencia frontotemporal y el resto diferentes formas mixtas de la enfermedad. En el análisis, los científicos determinaron la edad a la que se habían presentado los primeros síntomas de los problemas mentales.
Conociendo este dato, y sabiendo qué personas hablaban una o dos lenguas, los investigadores concluyeron que aprender idiomas supone un entrenamiento cerebral continuo, en particular, un desarrollo más fuerte de las funciones de ejecución y atención, lo que ayudaría en parte a prevenir este tipo de enfermedades.
El hecho de que aprender idiomas se relacione con una mayor salud mental no es algo totalmente novedoso. Y es que el propio científico Santiago Ramón y Cajal ya habló hace más de un siglo de la importancia de la plasticidad neuronal. En otras palabras, si ejercitamos de manera suficiente el cerebro, podemos lograr un dinamismo espectacular en nuestras conexiones nerviosas.
En resumen, aprender idiomas no es algo únicamente fundamental para nuestra formación y ejercicio profesional. Nuestro cerebro y nuestra salud mental también pueden aprovecharse de los beneficios de este entrenamiento educativo, lo que sin duda puede servirnos de estímulo para conocer nuevas lenguas.
Imágenes | Kevin O’Mara (Flickr), Gerry Shaw (Wikimedia)