Google ha puesto en práctica la función de bloqueo de anuncios en Chrome que lleva meses anunciando. Internet puede cambiar para siempre.
Como gran líder publicitario de Internet junto a Facebook, siempre se pensó que los bloqueadores de contenido, como eufemismo de bloqueadores de anuncios, eran el mayor rival de los resultados financieros que Google tenía en la web. Es una sensación que ha crecido particularmente en los últimos años, donde además de extenderse a más de un 10% de usuarios a nivel global, hitos como la posibilidad de emplearlos desde iOS 9 de forma oficial dispararon su uso incluso entre usuarios que desconocían ese mundo.
Y Google pensó que si no puedes con tu enemigo, mejor únete a él y véncele desde tus principios. Y eso anunciaron que harían con la inclusión de un bloqueador de contenidos en el navegador más popular en escritorio y móvil, Google Chrome. Por supuesto, no es un bloqueador que vaya a erosionar los ingresos publicitarios de la compañía, y es que Google se convierte en jueza y jugadora de la publicidad digital. La teoría detrás de todo esto se encuentra en los principios de Better Ads, que engloban a anunciantes que pretenden que la publicidad invasiva y de baja calidad se erradique en Internet.
El funcionamiento no será el mismo en móvil que en escritorio, pues Google entiende que, en la palma de la mano, es mucho más fácil dinamitar la experiencia con publicidad de mala calidad, que además produce un consumo energético que en escritorio no es problemático. Así, en móvil el bloqueo será más agresivo, y se bloquearán banners intermitentes o de gran tamaño que no permitan un correcta visualización del contenido que el usuario pretende consumir. Google lo explica en este gráfico y en el vídeo que vemos debajo:
El funcionamiento no será, sin embargo, como el de otros bloqueadores de anuncios. Google no bloqueará por defecto todo lo que crea que perjudica la experiencia, sino que analizará las webs y enviará advertencias a los administradores y responsables de las webs, dando un plazo de 30 días. Si en ese plazo la web no tiene otro comportamiento en lo que a bloqueo de anuncios intrusos se refiere, el navegador los bloqueará.
Observamos así cómo el bloqueo, que está en un 11% de uso a escala global, se va a extender masivamente gracias a la cuota de mercado de Google y Google Chrome en móvil y escritorio. La medida puede traer una mejor web, por supuesto, pero también da a Google un poder desmesurado que ningún actor debería poder tener. Es el punto negativo de que la web sea abierta. Siempre hay capacidad de elegir, pero un actor puede controlarla si acumula el suficiente poder y los usuarios creen estar ganando siempre.