divulgación científica

Así puede la papiroflexia enseñarnos ciencia y tecnología

¿Podemos promover la divulgación científica con simples elementos de papel? La papiroflexia podría convertirse en una herramienta adecuada para enseñar ciencia y tecnología.

La papiroflexia marcó nuestra infancia. Aviones o barcos de papel se entremezclaban con juguetes y libros. Ahora este arte, cuyo origen se remonta a la China de los siglos I y II d.C., nos sirve para fomentar la divulgación científica y tecnológica.

Al menos eso piensan desde la Universidad de Barcelona, que ha impulsado una exposición sobre ‘papirobiología’ con la que enseñar dinosaurios, mamíferos o insectos mediante figuras de papel. La idea es plegar una hoja de papel sin cortar ni pegar, empleando únicamente la creatividad e imaginación.

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La muestra ha sido realizada por miembros de la Asociación Española de Papiroflexia, y es una forma curiosa de acercar la biología a la sociedad. Se trata de reconstruir el mundo, y en particular los organismos vivos, gracias a un elemento tan simple como una hoja de papel.

No es la única forma en la que la papiroflexia ha ayudado a la divulgación científica. Además de la exposición de la Universidad de Barcelona, el también conocido como arte del origami ha servido para desarrollar microscopios por menos de un euro.

Un simple trozo de papel doblado de manera adecuada, y con unas lentes y una luz LED acopladas, puede servir para magnificar objetos más de 2.000 veces. La idea, desarrollada por ingenieros de la Universidad de Stanford, es una bonita forma de acercar la divulgación científica a la sociedad, tal y como explican en Popular Science.

La ciencia y la papiroflexia son, sin duda, un binomio de éxito. Ya ha habido grandes avances en el desarrollo de materiales usando los principios del diseño del origami, como se explica en esta investigación publicada en Science.

También existen baterías deformables o placas solares destinadas a la exploración espacial. La clave en estos casos no es sólo promover la divulgación científica, sino hacer más con menos. Y especialmente, hacer menos en espacios más reducidos.

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La originalidad de los proyectos científicos construidos gracias a la papiroflexia está fuera de toda duda. Paneles solares, microscopios o materiales son algunos de los ejemplos fabricados con simples hojas de papel.

La idea impulsada por la Universidad de Barcelona muestra que la ciencia y la tecnología pueden ser también difundidas gracias a sencillos trozos de papel. Hacer más divulgación con menos elementos. Ésa es la idea. La misma en la que se basa el milenario arte del origami.

Imágenes | Jason7825 (Wikimedia), Pere Olivella (Flickr), Pere Olivella II (Flickr)

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