Los incendios en Australia han provocado la pérdida de 1.000 millones de animales y la única solución es adoptar medidas inmediatas ante el cambio climático.
Hace apenas cuatro meses vimos como el pulmón de nuestro planeta, el Amazonas, ardía sin control en Brasil, extendiéndose incluso a otros países como Bolivia y Perú. El incremento del número de incendios en un 83 por ciento alarmaba a expertos y a toda una sociedad cada vez más concienciada por el cambio climático. El fuego no da tregua y ahora es el turno de Australia.
Más de tres meses lleva este país soportando una tragedia medioambiental. Si bien es cierto, cada año se producen numerosos incendios en Australia al ser uno de los países más cálidos y secos del planeta. No obstante, el calentamiento global ha intensificado sus consecuencias y este año se ha producido una alarma a nivel internacional.
Una biodiversidad única perdida
Australia comenzó a arder antes del mes de septiembre durante su época de primavera, pero fue a partir de este mes cuando los incendios se intensificaron debido a las altas temperaturas. El humo ha llegado hasta países como Argentina o Chile, y lo que resulta más increíble todavía: un satélite de la NASA ha analizado su movimiento en todo el mundo, por lo que el humo ha dado la vuelta a la Tierra.
Los efectos son devastadores. Cerca de 10 millones de hectáreas están calcinadas, 28 personas han perdido ya la vida, 2.000 hogares han ardido por completo y 1.000 millones de animales han muerto. Unas cifras con rostro desolador.
Sin duda, la gran preocupación es la pérdida de toda esta biodiversidad. «Creo que no hay nada que pueda compararse con la devastación que está ocurriendo en un área tan grande tan rápidamente. Es un evento monstruoso en términos de geografía y la cantidad de animales individuales afectados», ha destacado en un comunicado Christopher Dickman, profesor en Ecología Terrestre en la Universidad de Sídney en Australia.
Consecuencias y soluciones globales
Otro de los grandes peligros por lo que declarar la emergencia climática es la contaminación que se está produciendo como consecuencia de los intensos incendios. De hecho, Camberra (capital de Australia) ha padecido el peor dato histórico de contaminación y los efectos del humo son visibles en buena parte del país.
Se estima que los incendios han vertido a la atmósfera, aproximadamente, 400 millones de toneladas de CO2, unas cantidades que agravarán los efectos ya demostrados del cambio climático. ¿Qué podemos hacer?¿Por qué nadie habla de una solución?
La única solución es actuar de forma inmediata para frenar el calentamiento global ante una emergencia climática sin precedentes. Algunos de sus efectos son ya irreparables, como hemos visto en buena parte del globo, pero si podemos aprender para evitar que catástrofes de esta magnitud vuelvan a suceder.
La sociedad reclama un cambio hacia un sistema sostenible que respete los recursos naturales. ¿Hasta cuándo vamos a esperar?