Restos de monitores, ordenadores, impresoras o escáners que merece una segunda oportunidad para construir nuevos dispositivos low cost destinados a países subdesarrollados
¿Qué hacer con la basura electrónica que desechamos diariamente? El desecho electrónico, también conocido como e-waste, es uno de los principales problemas del progreso tecnológico. A pesar de que este fenómeno se ha acentuado en la última década generando un impacto ambiental preocupante, sobretodo en los países a donde se destina gran parte de estos desechos, existen iniciativas que pueden abrir nuevas vías de reutilización de estos desechos para favorecer el acceso a la tecnología en países en vías de desarrollo.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE se llama desecho electrónico a todos aquellos dispositivos alimentados por energía eléctrica que hayan alcanzado su vida útil. Una definición que incide en la pérdida de la capacidad de ejercer la tarea para la que originariamente fue inventada o producida. Sin embargo, la realidad es más bien distinta. Los datos demuestran que el corto ciclo de renovación de estos dispositivos responden más a criterios comerciales y a la rápida evolución tecnológica que a una cuestión de agotamiento de su periodo funcional.
Este fenómeno no hace más que agravar el impacto del e-waste al medio ambiente y poner en riesgo la salud humana por el tratamiento inadecuado de los elementos contaminantes, conocidos como RAEE, presentes en gran parte de los desechos electrónicos. No obstante, existen numerosas iniciativas que pretende atajar el problema mediante programas de reutilización selectiva de la basura electrónica que diariamente se desecha en todo el mundo, para reutilizar la materia prima recuperada en otros sectores industriales.
Otros expertos abogan por la reutilización de ordenadores, impresoras o escáneres para fabricar nuevos dispositivos, ya que está demostrado que gran parte de estos componentes se encuentran aún en pleno funcionamiento. Pero, ¿dónde va a parar toda esta basura electrónica?
Uno de los vertederos de basura electrónica de los países industrializados se encuentra en la ciudad africana de Lomé, capital de Togo. En este reducido país del continente africano se concentra gran parte del problema global de la basura electrónica y precisamente allí es de donde viene una interesante iniciativa para la reutilización creativa de estos desechos electrónicos.
El interés por la tecnología y el fenómeno DIY ha llevado a un joven diseñador de sistemas togolés, Afaté Gnikou, a diseñar y construir impresoras 3D low cost a partir de restos de basura electrónica. Todo un ejercicio de reutilización creativa de componentes electrónicos, aún en funcionamiento, para darles un nuevo uso de forma sostenible y contribuir al desarrollo tecnológico de los países en vías de desarrollo.
Evidentemente, la reutilización de componentes para construir estos dispositivos no va a resolver el problema global de la basura electrónica, ni tampoco va a aliviar el impacto ambiental en los países que concentran la mayor parte de estos vertederos. Pero son la demostración empírica de que la mayor parte de los dispositivos que desechamos, o parte de sus componentes, siguen siendo plenamente funcionales y, por tanto, merecen una segunda oportunidad que puede tener un impacto importante para el desarrollo económico en países con problemas de acceso a la tecnología.
Imágenes | vía wikimedia