La gran cantidad de información que generan delitos de todo tipo puede ser analizada ahora de forma más eficaz por herramientas basadas en big data.
En diferentes países las autoridades ya están usando herramientas de big data para combatir el crimen. La exhaustiva información que generan algunos delitos hace propicia la utilización de este tipo de análisis para resolver nuevos crímenes, incluso hay proyectos orientados a la prevención, en una suerte de escenario como el que planteaba la película protagonizada por Tom Cruise ‘Minority Report’, eso sí, de forma mucho menos agresiva. La analítica a gran escala puede ayudar a solucionar problemas de tipo delictivo más eficazmente, complementando los métodos en vigor.
Tal vez el campo en el que más fácil resulte plantearse la utilidad del big data para combatir el crimen sea el de los delitos financieros. Existe tal cantidad de información en este sector que las técnicas avanzadas de análisis tiene un terreno amplio para identificar patrones, comparar, vigilar la evolución de determinados factores y dar con la clave de las estafas. Incluso sería posible prevenirlas si se localizan ciertos comportamientos anómalos que anteriormente han precedido a un delito.
Otra muestra de los beneficios de la aplicación del big data a la lucha contra el crimen está en la resolución de delitos con armas de fuego. Hoy en día, según recoge la BBC, las pistolas y la munición pasan de un país a otro muy libremente. Antes no había tanto tráfico de armas, pero ahora los criminales incluso las usan como moneda de cambio, para evitar los pagos con dinero. Esto hace que sea más difícil descubrir el origen de una bala y el de la pistola que la pudo disparar.
La policía habitualmente tenía que hablar con las autoridades de otros países y hacer comprobaciones a distancia para descubrir la procedencia de la bala y la pistola. Actualmente existe una base de datos llamada Odyssey, donde se puede encontrar toda la información relativa a las armas y municiones de otros crímenes. El papel de big data ha sido clave aquí, pues cada policía en cada país (a veces en cada región) organiza de manera distinta los datos. Sólo la potencia de computación que ofrece big data puede bucear en todo ese caos y extraer la información precisa.
De la resolución a la prevención de los crímenes
El big data está haciendo más aún, está favoreciendo la aparición de una nueva forma de combatir el crimen, al menos una forma más calculada. En muchas ciudades parte de la labor de los servicios sociales está orientada a paliar los efectos de la pobreza en algunas zonas concretas, que a la larga se convierten en focos de delincuencia. Las técnicas de analítica van por este camino, sólo que mucho más directas.
La información a disposición pública se puede combinar con la de las autoridades locales o los servicios sociales, todo ello con el fin de identificar familias o entornos conflictivos. A partir de ahí se puede decidir separar a quienes son propensos a enfrentarse entre sí. Al fin y al cabo se trata de evaluar cómo funciona una comunidad e intervenir con antelación si se prevé que pueden surgir personas. ¿No está adoptando la tecnología un papel paternalista?
Imagen: AtavicArt