Junto con más empresarios, el creador de Microsoft da un empujón al proyecto de Impossible Food, una compañía que trabaja desde hace años para conseguir hamburguesas de carne simulada.
La dieta vegetariana está en constante crecimiento a lo largo de todo el planeta. Tras el informe que publicó la ONU alertando de los peligros que suponen los hábitos alimenticios que tenemos en la actualidad, parece que poco a poco la concienciación sobre el consumo cárnico es mayor. Y es que no se trata sólo de una moda pasajera, sino que cada vez son más los estudios que enfocan sus esfuerzos en descubrir cuáles son los beneficios del vegetarianismo. A través de estos informes queda demostrado que el consumo de carne no sólo afecta al sufrimiento animal, sino que también tiene un impacto ecológico, económico y que repercute en la salud.
Por este motivo, no sólo una parte de la población se está sumando a este tipo de alimentación, sino que el sector del comercio también está aprovechando el impulso. En este clima de concienciación alimenticia, una lista de empresarios encabezados por Bill Gates, ha realizado una inversión de 75 millones de dólares en el proyecto de Impossible Foods, una compañía que lleva mucho tiempo desarrollando un tipo de carne artificial para hamburguesas. Junto al creador de Microsoft, también se han querido sumar al proyecto Li Ka-shing, el tercer hombre más rico de Asia, la compañía de inversión estatal de Singapur Temasek, Khosla Ventures y Open Philanthropy Project, el fondo de inversión creado por Dustin Moskovitz – cofundador de Facebook –.
Cocinadas en laboratorios, estas hamburguesas no son como las hamburguesas veganas que encontramos hoy en día en el mercado, sino que imitan el sabor y la consistencia de la carne. El equipo de bioquímicos de Impossible Foods se ha dedicado a analizar la estructura molecular de la carne, el queso y otros productos de origen animal. Gracias a este proceso han elaborado hamburguesas con proteínas y grasa vegetal que tienen el aspecto, el sabor e incluso el “sangrado” característico de la carne. Esto se consigue gracias a las proteínas de la soja y la patata combinadas con leghemoglobina, una sustancia que destila de la soja y que da a esta falsa carne el sabor característico del animal.
Por qué comer carne sin carne
El objetivo de este negocio es disminuir el consumo de hamburguesas de res un 25% antes de 2020 en EEUU, uno de los países del mundo que más consume este tipo de producto. Según afirma la compañía, esta rebaja no sólo será beneficiosa para la salud de la población estadunidense, sino que se verá reflejada positivamente a niveles medioambientales: «Debido a que usamos un 0% de carne de vaca, nuestra hamburguesa utiliza una mínima fracción de los recursos naturales de la Tierra. En comparación con las vacas, la hamburguesa Impossible utiliza un 95% menos tierra, un 74% menos de agua, y crea un 87% menos de emisiones de gases de efecto invernadero. Y es 100% libre de hormonas, antibióticos e ingredientes artificiales», destacan en su web.
Gracias a la inversión de Gates y compañía, la empresa ha construido una fábrica en Okland, California, que podrá producir 454.000 kg de carne artificial al mes. A través de este producto, Impossible Foods pretende liderar el mercado de la carne que no es carne junto a Beyond Meat, otra de las empresas que ha estado trabajando en el proyecto. ¿Nos encontramos ante los albores de la que puede ser otra gran revolución alimentaria?