La empresa Hypergiant Industries ha creado un biorreactor basado en algas, Eos Biorreactor, capaz de atrapar el dióxido de carbono de la atmósfera y reducirlo.
Las algas necesitan tres elementos para crecer: luz, agua y dióxido de carbono. Sobre esta idea han reflexionado la gente de Hypergiant Industries. Con estos ingredientes y con un objetivo en la cabeza: reducir el dióxido de carbono en la atmósfera.
A partir de ahí han creado un dispositivo de un metro de largo y ancho por dos metros de largo. En él se encuentra la clave para incrementar el crecimiento de las algas y optimizar a captura de dióxido de carbono.
Se trata del Eos biorreactor que emplea algas y un sistema de machine learning para maximizar sus resultados. Utiliza sensores para monitorizar factores como la luz y el dióxido de carbono disponible o la temperatura.
Desde Hypergiant Industries afirman que una de sus máquinas es capaz de capturar la misma cantidad de dióxido de carbono que 0,4 hectáreas de árboles. La solución para el crecimiento de las algas está en convertirlas en biomasa. La empresa señala que se pueden utilizar en aplicaciones como la producción de aceites o los cosméticos, así como reserva energética.
Fórmulas para atrapar el dióxido de carbono
Aparte del bioreactor de Algae hay otras fórmulas para atrapar dióxido de carbono de la atmósfera. La gente de Hypergiant Industries no es la única dedicada a extraer el CO2 del aire. La compañía suiza Climeworks ha construido una planta que absorbe este compuesto y lo hace de forma 1.000 veces más eficiente que la fotosíntesis.
Tras ocho años de diseño del proyecto, la planta capturará el dióxido de carbono para enterrarlo o para venderlo a determinadas industrias. El sector alimentario, especialmente los productores de bebidas embotelladas, así como los agricultores son dos clientes potenciales.
En Islandia han puesto en marcha otro plan. El suyo consiste en capturar el CO2 procedente de la energía geotérmica –muy extendida en el país– y reducirlo a roca. Tras un proceso de disolución en agua, el resultado se sedimentaría con basalto, ubicado a una milla bajo tierra.
Aunque una de las aproximaciones a este problema más originales la ha planteado la empresa CarbonCure. Su enfoque consiste en una fórmula para crear hormigón con menor porcentaje de cemento –altamente contaminante– a cambio de CO2. El hormigón resultante aumenta su cohesión gracias a la captura de CO2 de la atmósfera.
Imágenes: chesbayprogram, II