En 2022 había 12,3 millones de personas en situación de pobreza y exclusión social en España. Datos escalofriantes, a pesar de que eran 800.000 personas menos que en 2021. Se considera que una persona se encuentra dentro del umbral de pobreza cuando no puede disponer de los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas.
La crisis social y económica por la pandemia de coronavirus, las repercusiones de la guerra en Ucrania, los fenómenos meteorológicos extremos, etc., son impulsores de esa inseguridad alimentaria. Con el objetivo de aportar su granito de arena y ayudar a aquellas personas que no tienen qué comer, nace la asociación Bocatas, una organización de voluntariado en Madrid.
Jesús Alba Muñoz, presidente y cofundador de la entidad social, define su labor como: «Un grupo de amigos dedicados al acompañamiento integral de personas en exclusión social relacionadas con el mundo de la droga«.
Un sentimiento de comunidad promovido por Bocatas
Desde su creación en 1996, la labor de la fundación Bocatas ha estado enfocada en ayudar a las personas. En un inicio, el objetivo no estaba tan dirigido en ayudar a las personas en exclusión social con alimentos, sino en crear conexiones y amistades para ayudarlas a impulsar su futuro.
Con el paso de los años y su expansión por Madrid, la ONG fue creciendo y pasando de un barrio a otro (desde la Cañada Real hasta Plaza Ópera, etc.). La tribu Bocata, como les gusta que les denominen, es una entidad que trabaja para integrar a aquellas personas que se encuentran en exclusión social a partir de la creación de puestos voluntarios de reparto de comida para ayudarlos a reforzar su autoestima para una futura reinserción social. «Es más la posibilidad que tienen de ayudar a otros, que la ayuda realmente pasiva de recoger alimentos o de recibir cierta ayuda«, expone Jesús.
Cuando le das un objetivo por el que luchar a una persona, le estás dando el poder de lograr todo lo que se proponga. Y eso es lo que consigue la fundación Bocatas. La tecnología nos conecta con nuestro en torno, sí. Pero es el contacto humano lo que necesitamos para poder seguir hacia adelante en situaciones como las que enfrenta la entidad social mencionada.
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