Cómo usar la brújula del smartphone para desplazarte a pie por ciudad

La brújula del smartphone libera de la "dictadura" de las indicaciones del GPS, y nos ayuda a conocer puntos nuevos y no tan cuadriculados como los típicos.

La brújula del smartphone es uno de los elementos más desconocidos por muchos usuarios a la hora de hacer uso de los servicios de ubicación. Lo que se ha hecho tradicionalmente es introducir el punto A o nuestra ubicación, y el punto B o destino, para que Google Maps, Waze, Apple Maps, o el servicio que usemos, nos ofrezca indicaciones pormenorizadas que nos lleven andando, en coche, en transporte público o en bicicleta de la forma más eficiente posible.

Sin embargo, en multitud de ocasiones me he dado cuenta de que si de eficiencia se trata, y particularmente para recorridos a pie o en bicicleta -que en caso de servidor son la mayoría-, lo mejor es prestar atención al indicador de brújula. Es muy fácil detectarlo. En Google Maps acompaña con una sombrita o flecha azul al icono de localización actual, que, como sabemos, es azul. Es algo que varía en Apple Maps o Citymapper pero el concepto es el mismo.

¿En qué ayuda? El primer caso en que ayuda es a no estar demasiado pendiente del terminal. Una vez sabemos la orientación del lugar al que nos dirigimos, seguir nuestra intuición, acompañando de una mirada esporádica a la brújula, ayuda a llegar sin tener que mirar en cada cruce. Podemos callejear, perdernos conociendo lugares que hasta ese momento ni pensábamos que podían existir, gracias a movernos sin un seguimiento tan estricto de órdenes.

El segundo uso de la brújula del smartphone bebe del primero, pero se desarrolla. Una ciudad como Barcelona, tan cuadriculada en la zona del ensanche, resulta muy fácil para moverse. Pero si vamos al centro histórico de ciudades como Sevilla, o la zona del zoco de ciudades árabes, seguir indicaciones de voz puede resultar desesperante, pues la disposición de las calles es caótica, y salvo que observemos los letreros, que no siempre son visibles en varios metros, no sabremos si entrar en esta o aquella calle. Con la brújula no hay problema, pues sólo tenemos que saber que vamos en buena dirección para llegar al destino.

Por último, no son pocos los casos en que los usuarios siguen indicaciones, pero se dan cuenta muy tarde de que iban en dirección contraria. Con la ayuda de la brújula del smartphone no habrá problema, pues en todo momento sabremos en qué dirección estamos discurriendo. El consejo es, pues, adquirir siempre terminales que cuenten con ella. En el caso de la mayoría es así, pero, por ejemplo, la popular y recomendada familia Moto G no la tiene en España, por lo que no es la mejor compra en caso de movernos mucho con aplicaciones de mapas.

La brújula del smartphone también puede perjudicar

La brújula puede ayudar en ciudades desconocidas, donde particularmente no nos importa pasear tranquilamente. Sin embargo, seguirla sin indicaciones adicionales también puede hacernos perder mucho tiempo, porque podemos llegar sin saberlo a calles sin salida o a zonas cortadas por vías de tren. Arreglarlo puede requerir movernos mucho después. Por ello, es recomendable echar un vistazo al mapa, a la vez que consultar qué zonas malas hay en el camino.

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