Hace tiempo que las empresas han comprendido la importancia que tienen los flujos de información de cara a mejorar la ventaja competitiva corporativa. Los conceptos basados en la inteligencia empresarial no son nada nuevo; aspectos como la inteligencia de mercados (Market Intelligence), inteligencia competitiva (Competitive Intelligence) e inteligencia de negocio (Business Intelligence), van arraigando paulatinamente en las compañías al demostrar cómo la explotación y difusión interna de información estratégica permite ofrecer soluciones a problemas concretos, como por ejemplo, la entrada a nuevos mercados, el lanzamiento de promociones u ofertas de productos, la eliminación de islas de información, el control financiero, la optimización de costes, la planificación de la producción, el análisis de los perfiles de los clientes o la valoración de la rentabilidad de un producto o servicio concreto.
Sin embargo, el uso de la información como un valor estratégico no está tan extendido entre las entidades del Tercer Sector, dado que con frecuencia las ONG desconocen las ventajas que puede aportar el importar determinadas prácticas de gestión del sector lucrativo para el desarrollo de su actividad, especialmente en el caso de proyectos amplios y complejos.
Resulta más común que este trasvase de modelos de gestión se produzca en las unidades de acción social asociadas a las empresas y un ejemplo de esto es el programa Proniño de Fundación Telefónica.
Proniño es una ambiciosa iniciativa de acción social que tiene por objeto contribuir a erradicar el trabajo infantil en aquellos países de Latinoamérica en los que está presente Telefónica. La filosofía subyacente del programa concibe como esencial no sólo la escolarización del menor y la dotación de sus necesidades básicas (alimentación y salud, entre otras), sino también el ofrecerle una educación de calidad que le cualifique de cara a su incorporación al mercado de trabajo a su llegada a la edad adulta.
En paralelo se lleva a cabo un proceso de empoderamiento de las instituciones que trabajan en las comunidades a las que pertenecen los niños y niñas Proniño, que les permita optimizar la ejecución y gestión de sus acciones, y garantizar su sostenibilidad en el tiempo.
En la actualidad, el número de menores atendidos está en torno a 280.000, repartidos entre 13 países de América Latina. Por otro lado, en Proniño intervienen más de 120 organizaciones sociales que llevan a cabo la labor sobre el terreno. Toda esta inmensa red de intervención produce cantidades ingentes de información necesaria para el control de resultados y la fijación de directrices estratégicas, factor que ha hecho necesario el aplicar técnicas de inteligencia de negocio a la gestión del programa.
En el mundo de la empresa, la inteligencia de negocio o Business Intelligence es la habilidad para transformar los datos en información y ésta en conocimiento, con el fin de optimizar el proceso de toma de decisiones en los negocios. Con el fin de mejorar el funcionamiento interno del programa, se ha desarrollado para Proniño el proyecto “Sistema Internacional de Monitoreo”, cuyo acróstico es SIM, y que aporta “inteligencia social” a la labor de Fundación Telefónica y de las ONG implicadas en la iniciativa.
SIM constituye una plataforma informática que permite llevar a cabo el seguimiento detallado de cada niño y niña beneficiarios del programa, contribuyendo al análisis de las características del trabajo infantil en Latinoamérica, y facilitando información sobre el impacto de la actividad de intervención realizada.
De esta forma, todos los actores que intervienen en Proniño disponen de datos en tiempo real (rasgos de los beneficiarios: edad, género, composición familiar, ciudad, país, etc), indicadores de gestión (un completo conjunto de métricas que establecen el grado de logro de los objetivos de Proniño), y finalmente, informes del análisis del impacto de cada una de las actividades realizadas sobre los indicadores de gestión.
Aparte de los beneficios directos que el sistema introduce en la operativa del programa, aporta igualmente un factor de fortalecimiento de las ONG colaboradoras, introduciendo a dichas entidades en técnicas innovadoras de gestión de las actividades no lucrativas y poniendo en evidencia las ventajas que conlleva la socialización del conocimiento.
Resulta una tarea fundamental el transmitir al Tercer Sector la necesidad de llevar a cabo una acción social cimentada en la eficiencia y la eficacia, -el impulso solidario y las buenas intenciones no bastan por sí solos -, y lo beneficioso de introducir en la arquitectura de la intervención prácticas de dirección estratégica habituales de las organizaciones lucrativas, que garanticen la maximización de los objetivos filantrópicos perseguidos.