Garantizar la seguridad de la información y los procesos críticos de una empresa que se haya sumado al BYOD cada vez es más asequible.
El trabajo a distancia se ha popularizado en los últimos años debido al incremento del software colaborativo y, sobre todo, a la expansión de los dispositivos móviles. Los empleados de una empresa pueden estar siempre conectados, responder a un correo urgente desde su casa, gestionar una incidencia cuando viajan o se desplazan en metro, o bien controlar procesos críticos mientras están en una reunión. Pese a las evidentes ventajas, existe una reticencia arraigada a usar el BYOD debido a las dudas de seguridad que plantea.
Hoy en día, sin embargo, existen soluciones fiables que crean un entorno seguro para que los empleados accedan y trabajen remotamente. En contra de lo que se pueda pensar este software no sale tan caro, lo que permite que las pequeñas empresas tener la opción de subirse al carro del bring your own device.
Lo primero para servirse del BYOD es contar con una política de seguridad definida. El departamento de IT tiene que estudiar las necesidades y las licencias que se deben permitir, delimitando claramente los límites que no se pueden traspasar. Una vez claro este punto, las conclusiones han de trasladarse a los empleados que usarán sus dispositivos para el trabajo y formarlos adecuadamente.
Uno de los retos del BYOD para las pequeñas empresas es llegar a una estandarización del software, sobre todo teniendo en cuenta que previsiblemente habrá quienes utilicen dispositivos iOS, mientras que otros manejen Android, por no mencionar al resto de plataformas que gozan de cierta popularidad. Por tanto, es necesario un entorno que facilite la colaboración y que además permita un control preciso al departamento de IT.
Software asequible
Las plataformas de BYOD no cuestan una millonada y están sólo al alcance de las grandes compañías. Hoy en día se puede encontrar software colaborativo y protección para los usuarios que accedan desde fuera de las oficinas a cambio de precios asumibles para parte de las pequeñas y medianas empresas. Incluso la opción que ha escogido el gobierno de Estados Unidos para garantizar la seguridad en estos dispositivos, Route1, resulta económica si se tienen en cuenta las expectativas de un cliente así. El servicio cuesta 300 dólares al año por persona.
Algunas de estas plataformas especializadas en BYOD ofrecen sus propias herramientas de productividad, aunque la mayoría facilitan el entorno seguro así como un sistema de comunicaciones, mientras que los empleados pueden ejecutar el software que utilizan normalmente. La suite de productividad de Google o Microsoft Office 365, que acaba de incorporar nuevas funciones colaborativas, son dos opciones para crear y editar documentos desde cualquier lugar y sin una gran inversión (en el caso del primero el servicio es gratuito).
Por último, aunque sin desmerecer su importancia, el departamento de IT deberá tener una guía a seguir sobre cómo actuar si se pierde o hay un robo de un dispositivo. Para esta coyuntura es determinante tener claro que no todos los empleados tienen necesidad de tener acceso a toda la información, con lo que segmentar los privilegios ayudará a reducir los riesgos.