Existen decenas de falsos mitos que entorpecen nuestro día a día, nos hacen menos eficientes y pueden ser incluso perjudiciales para nuestra salud. El cactus del ordenador, que no tiene ninguna base científica que lo sostenga, es uno de ellos
En el blog Think Big ya os hemos hablado en anteriores ocasiones de mitos de la ciencia que habría que desterrar definitivamente, ya que incluso pueden poner en riesgo tu salud. Hoy os queremos hablar de otro de estos mitos, del famoso cactus del ordenador que supuestamente elimina las ondas electromagnéticas que este emite. El mito habla de una especie particular de cactus, el cactus Candelabro, originario del cono sur Sudamericano, y que podemos encontrar apropiadamente colocado al lado de las cajas de algunos supermercados y tiendas de jardinería publicitado como el “cactus del ordenador”. En los siguientes párrafos, os iremos desgranando las razones por las que ni este ni ningún otro cactus cumple con tan prodigiosa propiedad.
Radiación electromagnética: naturaleza y efectos sobre las células
Primero de todo hemos de saber que estamos constantemente bañados por radiación electromagnética con longitudes de onda de diferente amplitud y de muy diversa procedencia. Del espacio nos llegan por ejemplo luz visible a la que estamos perfectamente adaptados o luz ultravioleta que no nos afecta gracias a que la capa de ozono la filtra para dejar sólo la porción menos energética. También tenemos por ejemplo radiación producida por la misma Tierra y ondas producidas de manera artificial por el hombre, como los rayos X, que utilizamos para comprobar si tenemos algún hueso roto, o las producidas por cualquier electrodoméstico o circuito eléctrico instalado en nuestro hogar.
En el siguiente gráfico se pueden ver las diferentes longitudes de onda, desde las más amplias, las de radio, hasta las de longitud más corta como los rayos Gamma.
Ambos tipos de radiación, la natural y la artificial, se pueden diferenciar básicamente entre ionizantes y no ionizantes. Las ionizantes son las que debido a que tienen una longitud de onda más corta pueden romper moléculas pudiendo alterar el ADN de las mismas. Sin embargo, los umbrales de seguridad están perfectamente definidos. Es por ello que cuando vas a hacerte radiografías, una exposición corta no afecta en absoluto, pero los operadores se tienen que proteger ya que si no su exposición continuada les podría afectar.
Protección natural contra la radiación electromagnética
Por otro lado, no existe ningún estudio científico que avale que los cactus sean seres vivos especialmente preparados para absorber o desviar las ondas electromagnéticas. Existen seres vivos que debido a la baja tasa de mitosis de sus células, la fase celular en la que es más fácil que se altere su ADN, tienen menos posibilidades de que les afecte la radiación electromagnética ionizante.
Posiblemente habrás oído hablar de la capacidad de las cucarachas para sobrevivir a una explosión nuclear. Esto se debe no a que le llegue menor radiación electromagnética gracias a algún tipo de escudo natural u otro tipo de protección especial que tengan, sino a que la tasa de mitosis de sus células es de una semana en los ejemplares jóvenes. Sin embargo, que sepamos no existe ningún tipo de estudio que certifique que el cactus candelabro tenga una tasa de mitosis igualmente baja.
Desplazamiento de las ondas electromagnéticas
Las ondas electromagnéticas generadas por un monitor viajan en línea recta y en todas las direcciones. En el hipotético caso de que los “cactus del ordenador” estuvieran especialmente adaptados para absorber las ondas electromagnéticas generadas por el monitor, este se tendría que situar entre el monitor y el usuario para que no nos llegaran las ondas. Esto por lo tanto no sería muy práctico ya que, por razones obvias, impediría el uso correcto del ordenador.
Pantallas con radiación no ionizante
Finalmente, las ondas electromagnéticas producidas por el monitor no tienen efectos nocivos sobre las personas. Es posible que los primeros monitores CRT, que emitían radiación ultravioleta debido a que su funcionamiento se basaba en tubos catódicos crearan este mito. Pero incluso, la intensidad del campo en estos monitores ya obsoletos a un metro de distancia era insignificante y por tanto no perjudicial para la salud. En la actualidad, los monitores TFT-LCD con su tecnología de transistores LED han sustituido a los CRT, y no emiten radiación ultravioleta. El monitor de tu portátil, PC o cualquier otra pantalla moderna emite únicamente radiación no ionizante y atérmica.
Por lo tanto, podemos concluir que ni los monitores actuales son perjudiciales para la salud ni está demostrado que ningún tipo de cactus situado al lado del monitor sea capaz de protegernos frente a radiación electromagnéticas.