Hasta el momento los supercargadores parecen la opción más efectiva para aprovisionar a los coches eléctricos en la carretera, pero hay quien explora la opción de cambiar la batería.
El creciente número de coches eléctricos que ruedan por las calles y las carreteras plantea una serie de retos. El más inmediato de todos, que afecta a la propia movilidad del vehículo, es la carga de su batería. Es este el principal problema que tienen que resolver los fabricantes.
Tesla ha tenido su propia aproximación y, por el momento, es la que sigue el mercado. Se trata de establecer supercargadores, que permiten cargar la mayor parte de la batería en unos 20 minutos. El problema es que el cambio de hábitos es radical en comparación con lo que estamos acostumbrados a demorarnos cuando echamos gasolina.
Ante este reto, Tesla plantea hacer de las estaciones de carga lugares donde tomarse un café, comprar e incluso teletrabajar, si es preciso. Se trata de hacer una parada en el camino, como por otra parte se hace en cualquier viaje largo. El problema de esto es que si hay dos coches esperando cuando llegas, no solo serán los 20 minutos de espera de tu carga. También tendrás que esperar a que carguen los otros dos coches.
De ahí que muchos consideren que la tecnología de carga deberá mejorar para poder soportar una transición masiva al coche eléctrico. Sin embargo, hay otros proyectos que contemplan el aprovisionamiento energético desde otro ángulo. Se trata de cambiar la batería del vehículo en lugar de cargarla.
La startup china Nio, que parece haberse fijado a Tesla como modelo a imitar, ha iniciado un proyecto de este tipo. A lo largo de la carretera G4, que une Pekín con Hong Kong y Macao, la compañía ha comenzado a instalar 18 puntos para cambiar la batería de sus coches eléctricos. Las estaciones se repartirán a lo largo de los 2.285 kilómetros que tiene esta autopista.
Una iniciativa rescatada
Cambiar la batería de un vehículo eléctrico en lugar de recargarla es un concepto ya existente. De hecho, ya se ha puesto en práctica por algunas empresas. Una de ellas es Gogoro, que fabricó una scooter cuya batería se podía reemplazar fácilmente. Hacer lo mismo en un coche, evidentemente, es más complicado.
Pero Nio no se encuentra sola en su iniciativa. Otra startup, Ample, que se ha centrado en el campo del aprovisionamiento energético para los coches eléctricos, tiene la misma idea. En su caso, ha apostado por un cambio de baterías automático. El objetivo parece ser convertir el paso por la estación en un proceso industrial. El coche se aparca en el lugar convenido y los robots extraen la batería agotada para introducir una nueva.
Habrá que esperar para ver lo que da de sí este modelo de aprovisionamiento energético. Pero para que tenga éxito, sin duda, tendrá que contar con la colaboración de los fabricantes. El diseño de la batería debe estar preparado para una rápida extracción.
Imágenes: Nio, Red Boy [Matt]