Nuevo Whitepaper “Securing the Internet of Things” elaborado por Telefónica y el equipo de analistas de ElevenPaths
Es casi imposible pensar en un mundo sin dispositivos conectados. Igual que la época previa a que los teléfonos móviles estuviesen a disposición de todo el mundo nos parece la Edad Media, la idea de pasar un día sin conexión a Internet es suficiente para provocar la desazón, o incluso el terror, de mucha gente. La naturaleza perenne de la Internet of Things se ha grabado a fuego enseguida en el propio tejido de nuestras vidas cotidianas, y su velocidad de adopción no da señales de remitir.
Según Gartner en 2016 habrá 6.400 millones de «cosas» conectadas, lo que supone un vertiginoso aumento de un tercio (30 %) respecto de 2015. Como consumidores no solo dependemos de los móviles y las tablets: está la tecnología de los wearables que nos pone al día con nuestros objetivos cotidianos de bienestar, están los dispositivos inteligentes que tenemos en casa y nos permiten pedir pizzas con solo pulsar un botón… la IoT llega incluso a las vacas conectadas. Si dijéramos que la IoT está cambiando nuestras vidas, nos quedaríamos cortos. Las está revolucionando.
Pero la velocidad del crecimiento y la adopción de la IoT está dejando atrás rápidamente las leyes necesarias para regular y normalizar las medidas de seguridad. Hoy los ciberataques son noticia destacada, y los ciberdelincuentes se están volviendo cada vez más creativos en sus vías de ataque. Una sociedad hiperconectada de largo alcance tiene el efecto adverso de crear riesgos de seguridad de largo alcance, no solo para las personas, sino para empresas e incluso países.
La pregunta es: ¿cuál es la mejor manera de defendernos, prevenir y detener los ciberataques?
Poco a poco nos vamos dando cuenta que la seguridad de la IoT es un asunto empresarial, y no solo patrimonio del departamento de TI. Las grandes marcas, en particular, tienen mucho que perder. La prevención es esencial.
No han aparecido nuevos problemas de seguridad. Se trata solo de una evolución de ámbitos como la seguridad industrial, las redes distribuidas y la seguridad de información. Es fundamental que las personas y las empresas tomemos conciencia del problema antes de que sea demasiado tarde. Un problema considerable es el de la escala de la IoT, y la gran cantidad de dispositivos, redes y aplicaciones implicará una complejidad cada vez mayor. Tenemos que actuar desde el primer momento e implementar medidas de seguridad en las redes y los dispositivos.
No debemos dejarnos atrapar por las amenazas a la seguridad. Podemos contrarrestar las cibercatástrofes con precaución. Un cambio social como este tiene que basarse necesariamente en unas normas comunes, un diálogo coherente y una comprensión universal de lo que se necesita para reducir los riesgos y las amenazas a la ciberseguridad.
Empecemos a hablar ahora, antes de que sea demasiado tarde.
Puedes leer el informe completo de Telefónica titulado «Scope, scale and risk like never before: Securing the Internet of Things” aquí.