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Acabar con nuestras células zombie, el primer paso hacia la inmortalidad

El equipo de biología del Unity Biotechnology de San Francisco está estudiando las llamadas células senescentes o zombie, y su eliminación daría la posibilidad de acabar con la vejez.

La inmortalidad es un estado, en el cual, el poseedor se ve colmado del don de la eternidad. Dicho de esta manera, es decir, equiparando la inmortalidad con la eternidad, quizá incluso suene bien aquello de vivir por el resto de los días hasta el fin de los tiempos.

Una de las respuestas a esa afirmación, es que la eternidad muchas veces está desligada de la inmortalidad. Un autor puede ser eterno, pero ninguno ha conseguido por ahora sobrevivir por encima de sus posibilidades como ser humano.

Para que ocurra la vida, tiene que ocurrir la muerte. En este juego de pares, desafiar con ello a la muerte abanderando la inmortalidad resultaría posiblemente un absurdo con el que muchos sueñan, pero con el que nadie vive.

El ser humano se muere, es parte de nuestra naturaleza. Es un paso más en la transformación del mundo. En un estudio reciente promovido por New Scientist, y ante la pregunta de «si te ofrecieran la oportunidad de vivir para siempre, ¿qué probabilidad habría de que aceptaras?»; el 21% de las personas establecieron que era muy probable que aceptaran llegar a ser inmortales, el 30% dijo que sería probable, y alrededor de la mitad de los encuestados rechazaron la posibilidad de vivir para siempre.

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Laboratorio de investigación

Las células zombie, el comienzo de una utopía

El equipo de biología en el Unity Biotechnology está estudiando las llamadas células zombie dentro del organismo de ratones. Dichas células, también llamadas senescentes, son aquellas que están dañadas pero no acaban de desaparecer de nuestro organismo.

Se sabe que se acumulan con la edad, ya que el sistema inmunológico ya no puede eliminarlas. Además envenenan el tejido circundante. Se podría comparar con esa fresa en mal estado en la canastilla, pudriendo todo a su alrededor. Entre las excreciones que segregan se encuentran las sustancias que producen inflamación, que si se mantiene es uno de los principales impulsores de prácticamente todas las enfermedades importantes relacionadas con la edad.

Si la investigación llega a buen puerto y se consigue reducir este tipo de células, sería el primer paso para combatir la vejez. Lo que posibilitaría su estudio en seres humanos, y, por lo tanto, recoger el debate antes citado sobre la inmortalidad.

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