OpenAI tiene planes muy ambiciosos enfocados en ChatGPT y uno de ellos apuesta a revolucionar (o romper, incluso) Wall Street. La firma que dirige Sam Altman tiene en marcha un proyecto secreto dedicado a convertir su chatbot de IA generativa en un banquero. Suena distópico, pero la realidad es que la iniciativa apunta a simplificar uno de los procesos más tediosos del segmento de la banca de inversiones. Claro que también trae consigo implicaciones vinculadas con su efecto sobre el mercado laboral, especialmente en los niveles de entrada.
Según un reciente informe de Bloomberg, OpenAI trabaja en Mercury, un proyecto destinado a enseñarle a su inteligencia artificial cómo desarrollar modelos financieros. Para ello, los responsables de ChatGPT han echado mano de un equipo de más de 100 exbanqueros de inversión con experiencia en algunas de las firmas más notorias de Wall Street. El objetivo es sacar provecho de la tecnología para agilizar esta tarea y abrir una nueva oportunidad de negocios en un segmento todavía no muy explotado.
En tal sentido, los expertos de Wall Street que están trabajando en ChatGPT presumen de pasos por Morgan Stanley, Goldman Sachs y JPMorgan, entre otras. A estos se les suman egresados de Harvard y el MIT, así como extrabajadores de firmas de inversión y capital privado como Brookfield Corporation y KKR & Co., por solo mencionar algunas. Los colaboradores están abocados a tareas bastante específicas, pero que podrían cambiar para siempre el panorama del mundo financiero.
Revolucionar Wall Street, la gran apuesta de OpenAI y ChatGPT

Si todavía no entiendes de qué va la apuesta de ChatGPT para revolucionar Wall Street, no te alarmes porque lo explicaremos en términos sencillos. Históricamente, la banca de inversiones utiliza modelos financieros para representar cómo proyectan el desempeño de una empresa, un proyecto o un activo financiero. Esto tiene una amplia variedad de aplicaciones vinculadas con la planificación y la toma de decisiones.
Dichos modelos habitualmente se generan sobre hojas de cálculo de Excel y requieren del análisis de una gran cantidad de datos (los informes contables de una empresa, por ejemplo) y de múltiples variables internas y externas. Es un trabajo arduo y extremadamente tedioso, por lo que prácticamente todas las empresas del segmento lo delegan a analistas junior, que son los que están en los niveles más bajos del orden jerárquico.
De la mano de Mercury, OpenAI y ChatGPT podrían modificar drásticamente el panorama laboral de Wall Street. Los exbanqueros de inversiones que trabajan para la startup desarrollan modelos financieros en Excel que luego se usan para entrenar a la IA. Según explica Bloomberg, los participantes de esta iniciativa también se encargan de escribir promtps o instrucciones para, justamente, invocar la generación de esos reportes detallados.
Respecto de los modelos financieros en sí mismo, los miembros del equipo tendrían que entregar uno por semana. Cada uno de ellos se debe enfocar en un tipo de transacción o proyección específica. Por ejemplo, en casos relacionados con una oferta pública de venta, reestructuración, fusión o compra. Un ChatGPT capaz de completar en minutos (o segundos) una tarea que hoy demanda días a un analista humano de Wall Street, apunta a revolucionario. Además, sería posible hacer modificaciones y actualizaciones sobre la marcha sin tirar decenas de horas de trabajo a la basura.
La IA está a un paso de cambiar la banca de inversiones

Los expertos que participan de Mercury no lo hacen «por amor al arte», claro. De acuerdo que lo publicado, los responsables de ChatGPT les pagan 150 dólares por cada hora de trabajo a los exbanqueros de Wall Street. Pero no solo eso, pues OpenAI también se ha comprometido a entregarles acceso temprano a la nueva IA que está desarrollando.
Si bien ya existen startups trabajando para integrar la IA generativa en el sector financiero, el plan de OpenAI podría opacar al resto con facilidad. Hoy en día, ChatGPT cuenta con versiones especialmente preparadas para su uso en el sector empresarial, como también en ámbitos gubernamentales e incluso de Defensa; por ende, no es descabellado pensar que pronto haya una variante específicamente pensada para Wall Street.
Esto podría abrir el camino a acuerdos bastante redituables para OpenAI, que necesita ampliar sus ingresos con celeridad. La firma detrás de ChatGPT está quemando miles de millones de dólares al año y no está ni siquiera cerca de ser redituable, pero Wall Street podría convertirse rápidamente en la vía de entrada de sumas siderales.
Será interesante ver cómo evoluciona el sector financiero en lo que respecta a lo estrictamente laboral. Es posible que los analistas junior no desaparezcan de la banca de inversiones, pero sí que las empresas se vuelvan más selectivas con su contratación. Esto podría reducir la cantidad de banqueros en niveles jerárquicos inferiores o, como mínimo, cambiar sus tareas y responsabilidad en el corto o mediano plazo.








