Científicos del Darmouth College logran sintetizar moléculas que podrían proteger a las neuronas de los daños provocados por trastornos neurodegenerativos.
Hace algo más de un siglo, Santiago Ramón y Cajal recibía el Premio Nobel de Fisiología o Medicina tras descubrir que el sistema nervioso estaba formado por células individuales. Al contrario de lo que se creía entonces, nuestro cerebro no estaba compuesto por una malla reticular, sino por células contiguas denominadas neuronas.
La contribución del investigador español cambió para siempre nuestros conocimientos sobre el sistema nervioso. Pero el estudio del cerebro sigue siendo un misterio, motivo por el cual recientemente se han impulsado iniciativas como el Human Brain Project. Uno de los grandes objetivos es determinar las causas por las que aparecen enfermedades neurodegenerativas tan devastadoras como la esclerosis múltiple, el Parkinson o el mal de Alzheimer. ¿El objetivo? Detectarlas a tiempo y lograr desarrollar tratamientos que frenen o curen estos trastornos.
Desde hace tiempo la comunidad científica ha depositado sus esperanzas en el conocido como factor neurotrófico de cerebro. Esta proteína funciona como «agente protector» frente a la muerte neuronal, un mecanismo que está detrás de muchas de las enfermedades neurodegenerativas antes mencionadas. Según demostraba un trabajo de la Universidad Autónoma de Madrid, esta molécula podría promover la supervivencia de las neuronas, las células que observó Cajal en su microscopio hace más de cien años.
Demostrar que este factor neurotrófico derivado de cerebro sirve para tratar enfermedades no es tarea sencilla, ya que se debe asegurar su eficacia y no toxicidad. Pero los investigadores también trabajan para desarrollar moléculas que mimeticen su funcionamiento, es decir, que promuevan y favorezcan la supervivencia de nuestras neuronas. Un reciente trabajo del Darmouth College de Estados Unidos ha conseguido sintetizar moléculas de interés que funcionan de manera parecida, en otras palabras, evitan la muerte neuronal y protegen las células del sistema nervioso.
Estas moléculas, que presentan propiedades neurotróficas como las del factor antes citado, se encuentran en la naturaleza. Sin embargo, su concentración es mínima y no hay suficientes cantidades como para aislarlas y que puedan ser probadas y utilizadas como terapias. Por ello se necesita un método alternativo para fabricar estos compuestos, un objetivo logrado por estos investigadores. Según publican en Journal of the American Chemical Society, los científicos han podido sintetizar tres moléculas con propiedades neurotróficas que podrían ser ahora estudiadas para evaluar si favorecen o no la supervivencia neuronal.
«Avances de este tipo son fundamentales para establecer las bases de la ciencia que estudie estos productos naturales como agentes terapéuticos», ha señalado Glenn Micalizio, investigador principal del trabajo. Este primer paso nos servirá para comprobar en el futuro si, efectivamente, esta clase de compuestos pueden servir como fármacos neuroprotectores para reparar los daños de las enfermedades neurodegenerativas.
Imágenes | Dartmouth College,