Un equipo de científicos israelíes ha creado un tejido de hidrogel que permitirá regenerar y curar órganos evitando el rechazo.
La investigación llevada a cabo por un equipo de científicos israelíes sobre medicina regenerativa podría suponer un gran paso hacia la curación de órganos evitando el rechazo. Esta reacción del sistema inmunológico causa un sinfín de problemas en los trasplantes y en el tratamiento de enfermedades de órganos, especialmente las que requieren implantación de tejidos.
Los investigadores, de la Universidad de Tel Aviv y otros centros, han logrado la fórmula para evitar este rechazo. Al menos en algunas situaciones. Su método resulta útil en la implantación de tejido, desarrollado con materiales procedentes del propio paciente. Así, los científicos afirman que la nueva tecnología permite crear tejidos de cualquier tipo, que pueden implantarse en la médula espinal, el corazón o el cerebro.
Solo se necesita practicar una biopsia al paciente y poner en funcionamiento su ingeniería de tejidos. El resultado es un hidrogel personalizado, formado con materiales que derivan del propio paciente. De esta forma, se evita la respuesta inmunológica habitual y se garantiza la regeneración del órgano.
Los científicos por el momento han usado su método para desarrollar tejidos personalizados en algunos pacientes. Los han probado y la respuesta inmunológica ha sido adecuada. Ahora han dado un paso más. Su investigación actual tiene que ver con la curación de órganos evitando el rechazo.
Objetivo: regeneración de órganos evitando el rechazo
Para crear estos tejidos personalizados, los investigadores toman una biopsia con tejido adiposo. Separan los materiales celulares de los no celulares, y los primeros se reprograman para hacer de células madre. El resto del material se procesa para convertirse en un hidrogel personalizado. La combinación de ambas partes ofrece como resultado el tejido que puede implantarse.
El mismo proceso aplican ahora los investigadores israelíes a la regeneración de una médula espinal dañada y de un corazón infartado. Otro de los ámbitos que han comenzado a estudiar es el potencial de implantes para tratar la enfermedad del Parkinson. Esto último, de momento, en modelos animales.
Aunque el futuro de este trabajo se dirige hacia los órganos. Si la bioimpresión 3D ha abierto la puerta a la creación de órganos artificiales, con células madre, los científicos israelíes han dado un paso intermedio pero más sólido. Su plan es regenerar órganos, como los ojos o el intestino.
Aunque la aplicación más inmediata pasa por la regeneración de tejidos más básicos. Algo que la bioimpresión 3D también ha puesto ya en práctica. Una cosa parece clara, el campo de la ingeniería de tejidos parece que dará que hablar en los próximos años.
Imágenes: redegalegadebiomateriais, II