El robot CIMON-2 tiene retazos de inteligencia emocional, con el fin de interactuar mejor con los humanos y responder a sus emociones.
La inteligencia emocional es probablemente uno de los aspectos que más diferencian a los humanos de las máquinas hasta ahora. El término, de hecho, tiene tanta complejidad que ni siquiera se puede decir que todas las personas tengan capacidades plenamente desarrolladas en este aspecto.
Aun así la inteligencia emocional se valora como uno de los factores de éxito en el plano profesional y también, por supuesto, personal. Y una característica así también se busca en las máquinas. Eso sí, se presenta muy complicado lograrlo. Los científicos de IBM, El Centro Aeroespacial Alemán y Airbus han trabajado en ello, sin embargo.
Las tres empresas son las artífices de CIMON-2, un robot con capacidades emocionales. Así lo han descrito sus creadores. Es la segunda generación de una máquina orientada a prestar asistencia a los astronautas de la Estación Espacial Internacional (EEI). Los artífices del proyecto esperan que esta segunda versión del robot sea mucho más útil que la primera, precisamente debido al componente emocional.
Entre sus facultades están leer procedimientos de experimentos, grabar vídeo o sencillamente conversar con los astronautas. La parte emocional de CIMON-2 es la que le dará a la máquina mayor capacidad para interactuar con los humanos. CIMON-2 podrá entender cuándo una persona se encuentra de buen humor y conversará más de lo habitual. Sin embargo, si detecta preocupación o frustración podrá mostrarse más cauto y causar menos distracción.
Los robots y las emociones
Las capacidades de CIMON-2 son sencillas, pero tiene utilidad para los humanos con los que trabaja. Además, es un paso hacia delante para adentrar a los robots en el mundo de las emociones.
Ya se han construido robtos que pueden expresar sentimientos. Incluso existen máquinas pensadas para suscitar ciertas emociones en los que están a su alrededor. Es el caso de los robots sociales. Si bien, en este caso se trata de una programación invariable. La novedad que trae CIMON-2 es su capacidad para detectar emociones y variar su comportamiento en función de lo detectado.
Imágenes: DLR, Airbus