Cinco avances que están cambiando el mundo

Como cada año, la Real Academia de las Ciencias Sueca da a conocer los galardonados de los Premios Nobel. Os invitamos a recordar algunos de los premiados en 2014 y 2015.

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Si al emblemático Alfred Bernhard Nobel le hubiesen dicho que los avances en todos los campos científicos iban a ser tan importantes, levantaría la cabeza de la tumba para poder presentar, cada año, la gala de los Premios Nobel. Frecuentemente, hablamos de los galardonados en los Premios Nobel, que, año tras año, se consolidan como una revolución del campo científico o cultural. Sin embargo, muy pocos conocen el origen de estos importantes premios al reconocimiento de toda una carrera.

Alfred Nobel fue el inventor de la dinamita y casi le cuesta su propia vida. Ese genio con pinta de profesor chiflado experimentó con explosivos en la fábrica de su padre desde muy pequeño. En uno de sus experimentos se produjo una terrible explosión en la que murió su propio hermano. Hubo críticas y más críticas, aunque nunca cesó en su intento, logrando finalmente inventar la dinamita, un explosivo de plástico que reducía considerablemente los riesgos de accidentes en el uso y manipulación.

No solo era un genio en el ámbito científico, sino que era algo parecido a un broker de bolsa moderno. Su gran ojo para las finanzas le permitió amasar una gran fortuna, y así dejar en su testamento una fundación filantrópica que otorga premios a personas que hayan contribuido al beneficio de la humanidad. No solo se crearon nobeles en materias científicas como física y química, sino también en medicina, literatura y paz. Os contamos los más representativos desde 2014.

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Terapias contra enfermedades de la pobreza

Durante miles de años, las poblaciones más pobres del mundo se han visto afectadas por enfermedades relacionadas con plagas y parásitos. En este escenario, en 2015 se ha querido premiar a los científicos que han avanzado en el campo de las enfermedades del tercer mundo.

El Irlandés William C. Campbell y el japonés Satoshi Omura ganaron el Nobel de Medicina 2015 por sus investigaciones en enfermedades causadas por parásitos. Las horas de laboratorio concluyeron en un medicamento, la avermectina, un potente antihelmíntico usado para el tratamiento de gusanos parasitarios que son los responsables de enfermedades crónicas como la elefantiasis y la ceguera de los ríos.

El premio, en esta ocasión, está compartido por la china Tu Youyou, como reconocimiento a una nueva terapia contra la malaria. Un fármaco que ha contribuido a salvar la vida de millones de personas en África.

Investigaciones sobre oscilaciones de neutrinos

Los neutrinos se hicieron más famosos hace 3 años cuando un equipo de científicos sugirió que viajaban más rápido que la velocidad de la luz, poniendo en duda la Teoría de la Relatividad. Finalmente, Einstein tenía razón y estos científicos se equivocaban.

Y así, el japonés Takaaki Kajita y el canadiense Arthur B. McDonald compartieron en 2015 el prestigioso galardón en física. Descubrieron que estas partículas tenían masa, ya que, durante mucho tiempo, se pensó que no tenían. Estas partículas se encuentran en todas partes, no las podemos ver, pero sabemos que están ahí.

Mecanismos de reparación del ADN

El cáncer afecta a una gran parte de la población mundial. Nuestras células se dañan día a día con el tabaco, radiaciones solares o radicales libres. En este contexto, Tomas Lindahl, Paul Modrichy Aziz Sancarr han compartido el Nobel 2015 en química por sus investigaciones en mecanismos de reparación del ADN.

Saber cómo reparan las células su ADN y cómo salvaguardan su material genético es crucial para desarrollar tratamientos de enfermedades como el cáncer. Estos avances permitirán en un futuro (esperemos que no muy lejano) que enfermedades que hasta hoy son incurables, pasen a ser tratadas y posteriormente curadas.

Invención de los diodos emisores de luz azul (LED)

Toda una revolución en las luces. Los LED ya se habían inventado en los años 60, aunque solo los de color rojo y verde eran usados en calculadoras, relojes, televisores o equipos de música. Los japoneses Isamu Akasaki, Hiroshi Amano y Shuji Nakamura han recibido el merecido Nobel en Física de 2014, por la invención de unos diodos eficientes de luz azul que han permitido las fuentes de luz blanca de ahorro energético.

Y no solo eso, los LED mejoran las condiciones del entorno, influyendo en la salud y en el ánimo. Para aquellos estudiantes que se duermen con Coca-Cola, café o Red Bull están de suerte. Se ha demostrado que la luz azul estimula un fotoreceptor del ojo que reduce la producción de melatonina y, por tanto, nos ayuda a mantenernos despiertos.

Una mujer recibe por primera vez el “Nobel” en tecnología

No es un auténtico Nobel pero como si lo fuese. Los prestigiosos Premios de Tecnología del Milenio, en su séptima edición, han premiado a la estadounidense Frances Arnold por sus investigaciones que han revolucionado el campo de la evolución dirigida. Se trata de un proceso que pretende imitar la evolución natural para crear proteínas múltiples.

“La evolución dirigida nos permite burlar nuestra incapacidad de explicar cómo las mutaciones afectan al comportamiento de las proteínas y, no digamos, de predecir cuáles serán beneficiosas. Los objetos más hermosos, complejos y funcionales del planeta han sido creados por la evolución. Y ahora podemos utilizar la evolución para crear cosas que ningún ser humano sabe cómo concebir. La evolución es el método de ingeniería más poderoso del mundo, y debemos emplearlo para encontrar nuevas soluciones biológicas a los problemas”, exponía Arnold.

¿Y en un futuro?

Somos el futuro del mundo. Si queremos ser los próximos Nobel, lo primero es tener curiosidad. Curiosidad por cambiar el mundo. El futuro de la física, la química, la medicina y la paz aún no está escrito. Y quién sabe, lo mismo el próximo es un español.

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