Es inevitable asociar cine y metaverso. Dos campos en los que la imagen es la materia prima. En un caso, el cine ha hablado largo y tendido de mundos virtuales como los que augura el metaverso. Y por el otro, en el metaverso es posible disfrutar de las novedades que nos brinda el séptimo arte y de las últimas producciones.
Combinando lo social y lo interactivo, cine y metaverso van de la mano porque tienen mucho en común. Entretienen, muestran el mundo a través de una ventana y nos permiten soñar e imaginar. En solitario o acompañados de otras personas. Sin salir de casa o en lugares públicos. Además, ambas disciplinas se influyen la una a la otra para obtener objetivos similares y se apoyan en la tecnología para ir más allá.
Pero no solo eso. Mientras que el metaverso quiere ser un espacio virtual en el que pasemos el mayor tiempo posible e interaccionemos con otras personas o elementos digitales, el cine explica, a su manera, la realidad que vivimos o cómo se la imaginan sus creadores.
El metaverso en el cine
Películas como las recientes Free Guy (2021) o Ready Player One (2018) y otras más longevas como The Matrix (1999), Johnny Mnemonic (1995) o Tron (1982), explican cada una a su manera unos futuros en los que los mundos o realidades virtuales se erigen como alternativas complementarias, que no suplementarias, a la vida diaria en el mundo físico que habitamos.
Cine y metaverso, realidad y ficción se combinan gracias a la ciencia ficción y nos permiten imaginar cómo será el futuro en el que podremos movernos por mundos virtuales gracias a tecnologías como la realidad virtual y otras que todavía están por venir, como las interfaces cerebro computadora que vemos en películas como las antes mencionadas y en otras más distópicas como eXistenZ (1999) o Desafío Total (1990).
Pero dejando a un lado las historias que cuentan, las tecnologías que muestran bien podríamos tenerlas en nuestras manos en un futuro próximo. De la imaginación a la realidad gracias a la ciencia y la tecnología para hacer nuestras vidas más fáciles. Y para cambiar la manera en que interaccionamos con lo físico y lo virtual. En el cine y en el metaverso.
El cine en el metaverso
Y mientras que el cine ha soñado cómo será el metaverso, el metaverso se ofrece como un espacio y/o una herramienta para crear y difundir el séptimo arte. Cine y metaverso unidos por un mismo fin. En el metaverso se pueden rodar películas. Algo similar a lo que ya viene ocurriendo en la actualidad con videojuegos de mundo abierto con potentes motores gráficos y en los que es posible recrear escenas y hacer un montaje posterior en forma de corto o largometraje.
El metaverso puede ser un escenario de rodaje pero también un lugar en el que difundir películas. Si en los mundos virtuales se pretende recrear la realidad y todas sus posibilidades, ver una película en un cine virtual sin salir de casa puede ser algo natural en el futuro, con gafas de realidad virtual incorporadas. Una evolución de las plataformas de streaming actuales en las que se combina un catálogo de títulos con un escenario virtual en el que podemos interactuar con otros cinéfilos.
Proyectos de este tipo ya existen. Un ejemplo es Airtel Xstream. Se puso en marcha en la India en la plataforma Partynite Metaverse. Recrea un cine real en el que es posible ver películas de distintas productoras como Lionsgate, Sony y otras. Con las ventajas e inmersión que ofrecen las gafas de realidad virtual en vez de ver el contenido en un televisor tradicional. Hasta 20 pantallas en las que mostrar contenidos de distintas OTT.
Otro ejemplo que une cine y metaverso está en Corea. La cadena de cines CGV abrió a principios de este año su propio multicines en el metaverso. Con el nombre de Zepeto CGV World, los visitantes virtuales pueden acceder a salas de cine, también virtuales, y ver cine de manera inmersiva si cuentan con gafas de realidad virtual. También es posible hacerse fotos en una zona especial e interaccionar con otros usuarios en los espacios habilitados para tal fin.
Y si vamos más allá, el metaverso, a la larga, puede cambiar la manera de crear contenido audiovisual. Solo tenemos que echar un vistazo a plataformas como YouTube para disfrutar de vídeos en 360 grados que permiten ver todo lo que han captado las cámaras. Algo que antes era imposible hacer. El espectador dentro de la escena viendo la historia desde la posición que prefiera. Cine más inmersivo para vivirlo en primera persona o al lado del protagonista.
