Los avances técnicos están acelerando la integración de la tecnología punta digital en los coches y todo apunta a que el próximo gran desarrollo será la conducción automática.
La idea de un coche autónomo circulando por las calles aún no parece demasiado plausible, al menos a corto plazo. Pero en realidad este tipo de vehículos podrían invadir las ciudades antes de lo que creemos. Son varios los proyectos que se están gestando desde hace tiempo, por lo que no se trata de una tecnología aislada, desarrollada por un solo fabricante. Google se ha fijado 2017 como fecha para tener operativo su automóvil, mientras que Mercedes y Nissan tienen previsto contar con sendos modelos autopilotados para 2020.
La industria de la automoción está condenada a sufrir una fuerte transformación a medio plazo. Si hasta ahora la potencia de los vehículos o la comodidad había sido un reclamo para que los conductores renovaran su coche, estas prestaciones han perdido valor en un mercado saturado, que lleva mucho tiempo sin ofrecer novedades contundentes.
La conectividad de los coches y la sincronización con el smartphone son dos de los caminos que los automóviles van a tomar en los próximos años. Así, el conductor tendrá la posibilidad de interactuar con el vehículo desde una interfaz que permita un mayor control y nuevas opciones. La otra vía para la innovación es la autoconducción, que muchas marcas están investigando, habiendo probado ya varios prototipos hábiles.
Y no son compañías como Google, especializada en software, las que han hecho más experimentos. Por supuesto, pertenecen al sector automovilístico. Además de Mercedes –que en 1995 ensayaba un prototipo capaz de circular 158 kilómetros sin intervención humana– y Nissan, un buen número de fabricantes trabajan en la construcción del coche autónomo. Audi, BMW, Ford, General Motors, Toyota o Volvo han entrado en la carrera, mientras que Tesla, especialista en modelos eléctricos, también ha anunciado estar dispuesto a lanzar su propio modelo autopilotado en una fecha tan cercana como 2017.
En el Salón del Automóvil de Fráncfort 2013 ya se han introducido algunos automatismos que perfilan el camino, como el coche que Mercedes presentó, capaz de frenar y acelerar sin intermediación del conductor, si bien el volante sí tenía que ser dirigido por éste.
Las transformaciones que traerá el coche autónomo
Ante esta nueva tecnología naciente, algunos centros de investigación se han planteado cómo responderán las sociedades urbanas a los cambios. La adopción del coche autónomo permitirá ahorrar tiempo, pues el tráfico se volverá más inteligente gracias a los sensores y la conectividad, mientras que se evitarán problemas de aparcamiento, ya que el vehículo podrá dejar a su ocupante y marcharse.
Es posible que el concepto de propiedad se modifique en lo que se refiere a los automóviles, pues éstos se volverán productos más impersonales, más propensos a ser alquilados o compartidos. El aspecto legal es uno de los puntos más sensibles a aclarar. Algunos lugares en Estados Unidos han sido pioneros en legislar sobre este tema, pero quedan muchos vacíos por conocer. Uno de ellos será el control de los datos: ¿quién almacenará y tendrá acceso a la información que los coches recopilen?
Imagen: Richard Masoner / Cyclelicious