Los vehículos aéreos no tripulados cuentan con múltiples aplicaciones, que van desde usos militares hasta su empleo como juguetes. ¿Cómo minimizar el impacto de los drones sobre el medio ambiente?
La popularidad de los drones ha crecido con el paso de los años. Desde sus usos iniciales como vehículos aéreos con fines militares, estos dispositivos se han convertido en una herramienta llamada a cambiar los servicios de reparto, la exploración espacial o, incluso, la medicina.
La innovación tecnológica ha permitido también mejorar la fabricación de los drones, como demuestran las investigaciones relacionadas con la biomímesis. Sin embargo, de forma simultánea a su desarrollo y crecimiento, se han generado múltiples debates sobre el impacto que podría tener el uso de los vehículos aéreos no tripulados. En particular, sus posibles efectos sobre el medio ambiente y la alteración de la vida salvaje es motivo de discusión entre los especialistas.
Un trabajo publicado en la revista Current Biology explora las posibles soluciones para minimizar los riesgos del uso de drones en investigación. Estos vehículos son ampliamente utilizados en estudios relacionados con la ecología y el medio ambiente, por lo que pueden generar un mayor impacto que los dispositivos desarrollados con otros fines. Los científicos de la Universidad de Adelaida señalan en el estudio que los drones pequeños y de carácter civil resultan muy útiles para realizar observaciones de campo y monitorizar organismos vivos en estos ecosistemas naturales. Gracias a ellos, los investigadores destacan que ha sido posible producir datos sistemáticos con grandes resoluciones espaciales y temporales sobre la vida de estos seres vivos.
Las poblaciones estudiadas con los drones pueden responder de forma muy diferente a vehículos aéreos no tripulados próximos, que se acerquen a grabarlas y monitorizarlas. Su impacto también depende de la especie, el contexto histórico y ambiental, además del tipo de dron y el método de operación empleado. Aunque los científicos reconocen que no hay información suficiente acerca del efecto de estos factores sobre la vida salvaje, sí creen que pueden aplicarse directrices relacionadas con el bienestar animal y la investigación con seres vivos.
En ese sentido, el trabajo en Current Biology destaca la necesidad de aplicar el principio de precaución para gestionar los riesgos que pueden ocasionar los drones. Ante la falta de evidencia sobre el impacto de estos vehículos en especies en peligro de extinción, el análisis apunta que se debe mantener la máxima cautela e incluso rechazar su aplicación si, llegado el caso, se desconocen los efectos sobre la vida salvaje. Los especialistas también recomiendan acudir al Comité de Ética respectivo de la institución para considerar si es apropiada la utilización de drones en este tipo de estudios y contar con su autorización previa.
Asimismo, los expertos plantean seguir las normas de aviación civil en el uso de estos vehículos para las investigaciones de carácter ambiental y ecológico. Entre otros aspectos, los científicos apuntan que se debe adecuar la selección de drones y sensores para minimizar cualquier tipo de riesgo. El último consejo recogido es que se recopile toda la información posible sobre la utilización de vehículos aéreos no tripulados, con el objetivo de incrementar la evidencia científica disponible sobre su impacto en el medio ambiente y sobre los organismos vivos.
Imágenes | Capricorn4049 (Wikimedia), Alexander Glinz (Wikimedia)
.jpg){kind=link}
