La falta de competencias digitales es uno de los mayores retos que afrontan las empresas y sociedades de todo el mundo. Para Europa, el alcance de esta brecha es preocupante: La Comunidad Europea ha vaticinado una escasez de unos 825.000 profesionales de las tecnologías de la información y la comunicación para finales de la década.
En nuestro mundo cada vez más digital, las implicaciones de esta escasez son profundas. Las empresas cada vez confían más en los equipos de tecnologías de la información y la comunicación y en la mano de obra de técnicos competentes para seguir siendo productivas y competitivas. Estos técnicos también son críticos para garantizar que las empresas pueden continuar proporcionando los servicios digitales transformativos que los consumidores demandan.
Si queremos encarar con éxito esta escasez, es esencial que los padres y profesores, las organizaciones privadas y los gobiernos trabajen juntos para instilar y promover la importancia de la alfabetización digital. Al hacerlo, podemos aprender de la generación millennial, que está demostrando esforzarse para abordar el tema.
Los padres tienen un importante papel que jugar en la ayuda a la alfabetización digital de sus hijos desde una edad temprana. Proporcionando orientación sobre la extensa gama de carreras facilitan los conocimientos informáticos, desde la programación de apps hasta experto informático, los padres pueden ayudar a sus hijos a gestionar sus conocimientos para lograr mejor sus aspiraciones.
Mientras algunas pruebas sugieren que muchos padres todavía orientan a sus hijos a cursar carreras «tradicionales» por encima de las digitales (medicina, derecho, etc.) esta tendencia debería cambiar a medida que los millennials se conviertan en padres; y es que cada vez está más claro que, incluso para las profesiones «tradicionales», las competencias digitales son ahora esenciales.
A medida que los niños entran en el sistema educativo, necesitan inspirarse para ver la competencia digital como una competencia nuclear, tan fundamental para sus vidas como las matemáticas o la literatura y se les debe mostrar el camino claro para ver cómo estas competencias pueden llevarles a carreras plenas y apasionantes.
Prometedoramente, los gobiernos están empezando a entender la importancia de unos planes de estudios apropiados para la era digital, que ayudan a garantizar que se enseñan a los niños competencias que les serán útiles en su trabajo futuro y en sus vidas domésticas.
Mientras el apoyo de padres y gobiernos al aprendizaje de competencias digitales es esencial, son las empresas en la primera línea de la tecnología las que están en la mejor posición para aconsejar a los educadores sobre las competencias nucleares necesarias para impulsar la industria moderna.
La Unión Europea también implantó una «Gran coalición para los empleos digitales», que identifica a más de 80 compañías en toda Europa facilitando activamente la colaboración entre empresas y proveedores de educación, actores públicos y privados para atraer más jóvenes a la educación en tecnologías de la información y la comunicación.
La buena noticia es que ya estamos viendo empresas y otras organizaciones aceptando este reto.
Apps for Good, por ejemplo, es un movimiento para la educación tecnológica de fuente abierta, apoyado por empresas, cuyo objetivo es actualizar los métodos docentes para hacerlos más relevantes para el mundo digital. Podemos encontrar otro ejemplo en la creación de Sky, un centro tecnológico en el norte de Inglaterra.
El centro, que creará unos 400 empleos altamente especializados, construye sobre la tecnología ya existente dedicada de Sky esquemas de aprendizaje y demuestra cómo las grandes empresas pueden ayudar a promover directamente la educación digital.
Sin duda, la generación que mejor puede afrontar el tema de la falta de competencias digitales es la generación millennial.
Los millennials mayores, que han experimentado de primera mano los efectos positivos de la alfabetización digital, están ofreciendo activamente apoyo para educar a los miembros más jóvenes de su generación, así como a la nueva oleada de estudiantes.
La iniciativa respaldada por Telefónica Stemettes, puesta en marcha por la millennial Anne-Marie Imafidon en el año 2012, es un ejemplo de una organización creada para ayudar a abordar el tema de la falta de competencias digitales desde el principio, garantizando que los estudiantes no solo aprenden las competencias digitales que necesitan para sus vidas personales, sino que también aprenden las competencias más necesitadas por la industria.
Claramente, si las naciones deben crecer económicamente y mantener una sociedad inclusiva, debemos trabajar para solucionar la falta de competencias y dar a los ciudadanos confianza en sus competencias digitales. Este punto de vista está descrito en el Índice sobre la vida digitalde Telefónica.
El índice revelará que el nivel de confianza digital mostrado por los ciudadanos de un país tiene un impacto significativo sobre su capacidad para hacer funcionar la economía digital. Conseguir esta confianza es una labor pesada y solo la puede realizar la presión holística de una sociedad entera, que junta a padres, gobiernos, educadores y empresas.
Juntarlos para inspirar la educación de la nueva generación; padres, gobiernos, escuelas y empresas pueden garantizar que los ciudadanos globales tienen las competencias que necesitan para vivir una vida sana y satisfactoria mientras garantizan que nuestras empresas pueden competir globalmente.