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La comunicación es una habilidad fundamental en nuestras vidas, y la forma en que la practicamos puede influir directamente en nuestras relaciones personales, laborales y sociales. Dentro de las formas de comunicarnos, la comunicación asertiva es una de las más efectivas, ya que permite expresar nuestras opiniones, emociones y deseos de manera clara y respetuosa, sin caer en la agresividad o la sumisión.
Esta habilidad, ampliamente promovida por especialistas como la psicóloga Olga Castanyer, nueva protagonista de Mejor Conectados, una iniciativa de Telefónica, es clave para fomentar un entorno en el que nuestras interacciones sean constructivas y saludables. Practicar la comunicación asertiva tiene una importancia profunda no sólo para nuestras relaciones interpersonales, sino también para nuestro bienestar emocional.
El equilibrio entre extremos: la clave de la asertividad
Para comprender la importancia de la comunicación asertiva, es esencial diferenciarla de otros estilos de comunicación, como la agresiva y la sumisa, que suelen ser ineficaces y destructivas. La comunicación agresiva se caracteriza por la imposición de ideas y la falta de consideración por los sentimientos de los demás. Por otro lado, la comunicación sumisa se enfoca en la complacencia hacia los demás, poniendo los derechos ajenos por encima de los propios.
La comunicación asertiva, en cambio, se encuentra en un punto medio entre ambos extremos. Implica la capacidad de expresar nuestras opiniones y sentimientos con firmeza, pero de manera respetuosa, sin agredir a los demás ni permitir que nuestros derechos sean pisoteados. Ser asertivo no solo implica ser claro y directo, sino también ser empático y comprender la perspectiva de los otros. Esto hace que la comunicación sea más fluida, eficiente y beneficiosa para ambas partes.
La asertividad y el bienestar emocional
La forma en que nos comunicamos con los demás refleja y afecta cómo nos vemos a nosotros mismos. Las personas asertivas suelen tener un diálogo interno positivo, lo que significa que son capaces de manejar mejor sus emociones y de reconocer sus propios derechos sin sentirse culpables o inferiores.
Cuando no somos capaces de expresar lo que pensamos o sentimos de manera adecuada, esto puede generar una acumulación de emociones negativas como la frustración, la ira o la tristeza. La asertividad, al contrario, nos permite liberar estas emociones de manera constructiva, evitando conflictos innecesarios y ayudándonos a sentirnos más en paz con nosotros mismos.
Técnicas para practicar la comunicación asertiva
El desarrollo de una comunicación asertiva no es algo que ocurra de la noche a la mañana; requiere práctica y reflexión. Existen varias técnicas que pueden ayudarnos a mejorar esta habilidad. Una de las más útiles es el uso del Mensaje Yo, que consiste en expresar nuestros sentimientos en primera persona. En lugar de decir «tú siempre haces esto mal», podemos decir «me siento frustrado cuando sucede esto». Este enfoque evita que la otra persona se sienta atacada y ayuda a que la conversación sea más constructiva.
Otra técnica importante es la asertividad empática, que nos permite expresar nuestra opinión o sentimientos, pero mostrando comprensión hacia la perspectiva del otro. Esta técnica tiende un puente de entendimiento, haciendo que la otra persona se sienta escuchada y respetada, lo que facilita el diálogo y reduce las posibilidades de conflicto.
Finalmente, el aplazamiento asertivo es otra herramienta valiosa para aquellos momentos en los que no estamos preparados para dar una respuesta inmediata. Nos da el tiempo necesario para procesar nuestras emociones y reflexionar sobre la mejor manera de proceder, evitando respuestas impulsivas o desproporcionadas.
La asertividad como puente para mejores relaciones
Practicar la comunicación asertiva es fundamental para mantener relaciones más sanas y equilibradas. Cuando somos capaces de expresar nuestras necesidades y deseos de manera respetuosa, no sólo evitamos conflictos innecesarios, sino que también fomentamos una mayor conexión con los demás. La asertividad nos permite ser claros sin ser agresivos, y respetuosos sin ser sumisos, creando un entorno en el que las relaciones crecen de manera saludable y en equilibrio.
La comunicación asertiva es una habilidad imprescindible que, al ser practicada de manera consciente, nos lleva a mejorar tanto nuestras relaciones con los demás como nuestro propio bienestar emocional.
Imágenes: Unsplash