Para entrar en el metaverso es lo que ocurre cuando combinas la Internet actual con servicios en alza como realidad virtual o realidad aumentada. O al menos así lo ven gigantes de Internet como Facebook (Meta) y Microsoft, que han apostado a lo grande en su particular versión de metaverso al que ya han accedido tanto Mark Zuckerberg como Bill Gates.
Si Internet ya es un espacio virtual, ¿qué aporta el metaverso? Gracias a tecnologías como el 5G, el Big Data, la Realidad Virtual y el Edge Computing, el metaverso se puede materializar ofreciendo unos niveles de inmersión, integración e interacción que hasta ahora solo eran posibles en demostraciones o proyectos más limitados.
Entrar y movernos por el metaverso requiere de tecnologías que ya podemos adquirir y disfrutar. Por nuestra parte, dispositivos que nos permitan acceder a servicios de realidad virtual y/o realidad aumentada. Y para que esos servicios sean factibles, es necesaria una conexión que permita la baja latencia necesaria para ver e interaccionar con el mundo virtual y en tres dimensiones que es el metaverso.
Gafas de realidad virtual para entrar en el metaverso
Entrar en el metaverso implica un nivel de interactividad e inmersión permanente que en la Internet actual solamente hemos visto en algunos de sus servicios online. El equivalente más próximo es el del juego online. El videojuego nos ha acostumbrado a escenarios en tres dimensiones en el que podemos interaccionar con personajes. Algunos son bots pensados para servirnos. Otros son directamente otras personas como nosotros.
Así que para acceder al multiverso necesitamos ver, oír y hablar. El auge de las videollamadas ha popularizado la integración de cámaras y micrófonos en nuestros ordenadores y monitores. Pero para obtener el nivel de inmersión que promete el metaverso, sus responsables apuestan por las gafas y cascos de realidad virtual. Se trata de dispositivos que combinan pantalla, auriculares y micrófono.
Las gafas Oculus Quest de Facebook (Meta) son uno de los ejemplos más populares. Es más, la propia Facebook (Meta), en su ambiciosa apuesta por el metaverso, integra su particular mundo virtual en estas gafas de fabricación propia con aplicaciones como Horizon Worlds para conocer gente, Horizon Venues para organizar eventos virtuales u Horizon Workrooms para realizar reuniones de trabajo virtuales.
Estas gafas hace tiempo que están en el mercado. Inicialmente se crearon para jugar a videojuegos con un nivel de inmersión superior al juego clásico, ya que con las gafas y sus dos mandos podemos movernos por dentro del juego con total naturalidad y ser parte del mismo. En la actualidad, además de su vertiente lúdica para juego, también sirve para consumir vídeo, escuchar música, navegar por Internet y, en el caso que nos ocupa, para dar los primeros pasos en el multiverso de Facebook con nuestro propio avatar.
Las gafas de realidad virtual Oculus no son las únicas disponibles actualmente en el mercado. Sony también cuenta con sus propias gafas PlayStation VR integradas en sus consolas de juego PlayStation. Y Valve también tiene sus gafas para juego Valve Index. Por su parte, Apple hace tiempo que trabaja en sus propias gafas de realidad virtual. Microsoft hace lo propio con su proyecto Windows Mixed Reality. HTC ya ofrece también sus propias gafas HTC Vive. Y marcas de ordenadores como DELL o Lenovo también cuentan con gafas de realidad virtual en su catálogo. Sin embargo, está por ver si servirán para acceder al metaverso o se limitarán a los juegos inmersivos.
Smartphones con capacidades RV/RA
Como alternativa a las gafas de realidad virtual, para quienes no quieran desembolsar el precio de uno de estos dispositivos dedicados, podemos aprovechar los smartphones que prácticamente todos tenemos. Y es que fabricantes como Apple, Samsung o Google hace años que brindan a sus usuarios funcionalidades de realidad virtual y realidad aumentada en sus dispositivos para que aplicaciones propias y de terceros nos permitan interaccionar con el mundo real o con el mundo virtual.
La manera más óptima de acceder al multiverso es empleando gafas de realidad virtual, pero hace años que disfrutamos de vídeos en 360º o de experiencias similares gracias a los teléfonos inteligentes. Empleando un adaptador o simplemente sujetando el teléfono con las manos, podemos acceder a mundos virtuales o reales desde la pantalla táctil.
Samsung, por ejemplo, cuenta con proyectos como Sensorium Galaxy, disponible en sus propios dispositivos pero también en iPhone. Por su parte, Google lleva años ofreciendo servicios de realidad aumentada en aplicaciones como Google Lens, Cardboard o Google Arts & Culture. Incluso propuso durante un tiempo adaptadores de cartón para poder usar nuestros smartphones a modo de gafas de realidad virtual. Una manera más asequible de acceder al metaverso mientras las gafas de RV no sean todavía un dispositivo presente en todos los hogares.
Una buena conexión
Si hablamos de un mundo virtual en forma de escenario en tres dimensiones en el que interaccionan personas en tiempo real, podemos imaginar que para hacer esto posible es necesaria una infraestructura. La misma que mueve hoy en día la Internet que hace posible disfrutar de servicios como Netflix, Youtube, Fortnite, Zoom o Microsoft Teams.
Cito esos ejemplos son algunos de los que más ancho de banda requieren para funcionar correctamente. Precisamente, el metaverso se basa en imágenes, avatares virtuales, intercambio constante de datos y otros aspectos que a nivel técnico requieren de tecnologías como edge computing, inteligencia artificial o Big Data. En la práctica, para conectar a los usuarios con los servidores que hacen posible el metaverso serán necesarias conexiones de gran velocidad y baja latencia.
Es decir, tecnologías como la fibra óptica y 5G, que hacen posible el envío de datos a velocidades que hoy facilitan las videollamadas, el juego online o el consumo de vídeo 4K y que el día de mañana hará posible la entrada en el multiverso en forma de avatares virtuales que pueden practicar actividades lúdicas, hablar con otras personas, acudir a conciertos virtuales o reunirse con sus compañeros de trabajo a kilómetros de distancia. Sin cortes y con la fluidez y naturalidad del mundo físico.
En resumen, la parte técnica para entrar en el metaverso ya está disponible. O al menos las tecnologías que lo hacen posible. A nivel de hardware, al menos. Falta crear el software específico que haga posible ese metaverso y unir las distintas piezas. El objetivo último, que millones de personas accedan a ese mundo virtual desde dispositivos variados. Por ahora, mediante gafas y smartphones. En el futuro, quién sabe hasta qué punto llegará nuestra integración en el metaverso.