Un equipo de científicos del MIT han desarrollado un algoritmo para ahorrar tiempo en el aeropuerto, así como combustible.
Hay que ir con tiempo al aeropuerto. Nunca sabes lo que puede ocurrir y más vale esperar tranquilamente en un asiento, viendo los aviones pasar a través de la cristalera, que sudar de angustia en una cola imprevista frente al mostrador de facturación. Estas aglomeraciones también se dan en las pistas de despegue y son uno de los principales motivos por los que cuando crees que vas a levantar el vuelo aún te quedan 40 minutos en tierra.
El algoritmo que ha desarrollado un equipo de científicos del MIT tiene en cuenta una serie de variables relativas al tráfico en las pistas de los aeropuertos para predecir con exactitud cuándo podrán despegar los aviones. De esta manera se evita que se formen largas colas en la pista e incluso se podría acelerar el proceso de despegue.
Los científicos han estudiado el tiempo que transcurre entre que los pasajeros embarcan y el avión despega. En este intervalo son muchos los motivos que pueden retrasar el despegue y el algoritmo trata de tener en cuenta todos ellos. El tiempo y la predicción climática en los próximos minutos, el actual tráfico en la pista, así como el que se prevé que haya a continuación o los horarios de los vuelos son las variables más importantes.
Poniendo en común esta información adecuadamente los controladores aéreos podrán ordenar a los aviones que se muevan de la puerta de embarque en el momento preciso, para evitar que se forme un atasco en la pista de despegue. Así, los aviones consumirán menos combustible, pues no se pondrán en marcha hasta que no sea necesario, pero además sería posible ahorrar tiempo.
Se reducirán las veces que los controladores aéreos tienen que enviar de vuelta los aviones a las puertas de embarque porque la pista está saturada. Todo este tráfico innecesario que se genera aumenta el atasco y ralentiza los despegues. El algoritmo sería capaz de minimizar estas situaciones ofreciendo a los controladores información precisa sobre cuál es la mejor manera de proceder.
El software se divide en dos modelos para incrementar su precisión. Uno calcula lo que tarda el avión desde que sale de la puerta de embarque hasta que llega a la pista, teniendo en cuenta cualquier factor que lo pueda retrasar. Mientras que el segundo estima el tiempo que transcurre, una vez el avión está en la pista, hasta que despega.
Imágenes: Jez B y MDB Images