El experimento para avanzar hacia la fusión nuclear en China dará un salto en 2019: los responsables del proyecto planean tener listo su sol artificial.
China tiene previsto lanzar este año su sol artificial, como ha anunciado hace unos días. La proclamación no ha estado exenta de solemnidad. No en vano, la construcción del HL-2M Tokamak es un asunto nacional en China. El proyecto para este sol artificial se ha presentado en la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino. Este órgano, asesor político del Estado, escuchó en su sesión anual un buen montón de jerga ingenieril.
La Corporación Nuclear Nacional China fue la encargada de presentar el proyecto del HL-2M Tokamak al órgano asesor. Esta compañía, de propiedad estatal, ha sido la que ha llevado a cabo las investigaciones para crear el sol artificial. Su trabajo ha logrado hitos a lo largo del tiempo. Primero fue mantener el plasma a altísima temperatura durante 100 segundos. Después, ha conseguido llegar a la frontera de los 100 millones de grados centígrados.
Estos logros supondrán la consecución de uno de los grandes retos para alcanzar la fusión nuclear. Un tipo de energía que fusiona átomos en lugar de romperlos –como la fisión– y es la gran esperanza limpia para mover el futuro.
En lo que se refiere a fusión nuclear, son China y Estados Unidos quienes más progresos han llevado a cabo. Esta dualidad, que se ha impuesto en una buena parte de la investigación científica, ha dado sus frutos en los últimos años. Y, pese a la hazaña científica que China está a punto de completar, al otro lado del Pacífico también hay avances.
Una variedad de propuestas
En el laboratorio Nacional de Lawrence Livermore, en California, ya han logrado que una bola diminuta de hidrógeno se fusione, liberando en el proceso más energía de la que absorbió. Lo hicieron mediante la concentración de rayos láser, una técnica que podría tener un futuro prometedor.
También en Estados Unidos, esta vez de la mano del MIT, se consiguió mejorar la evacuación de calor del reactor nuclear con una nueva propuesta. Para ello se emplearon imanes superconductores resistentes a altas temperaturas. Esto llevaría a resolver el clásico problema del confinamiento.
Son fórmulas para acercarse a una fuente de energía muy esperada. Aunque, mientras llega, también se mira más allá. Y se hace desde Europa en este caso. En el LHC se descubrió recientemente un nuevo tipo de fusión. Se trata de la fusión entre quarks, que sería 8 veces más energética que la atómica.
Pero esto queda de momento lejos. Paso a paso y sin prisa. Desde luego no será en Europa donde cundan premuras y anticipaciones. Los proyectos en el Viejo Continente cuentan con menor financiación, aunque los hay, y no solo en el CERN.
La propia Alemania ha invertido grandes cantidades en un reactor encaminado a avanzar en tecnología.
Lo último, de momento, es el sol artificial chino. Un supuesto que nos acercará la fusión nuclear como nunca hasta ahora se ha hecho. El plasma, constituido por electrones e iones, alcanzará 100 millones de grados en su núcleo.
Esto es una temperatura siete veces mayor que la de los iones en el Sol. Los iones en el Sol artificial chino estarán a 50 millones de grados centígrados.
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