Crowdsourcing: la colaboración como motor de las grandes ideas

Internet nos ha abierto la puerta a un amplio abanico de aplicaciones, servicios, recursos formativos y plataformas con las que podemos conectar con otros usuarios y profesionales de múltiples disciplinas. Gracias a la red podemos estar mucho más cerca de los que, geográficamente, están lejos, dejando a un lado factores geográficos y facilitando la colaboración, la participación y el teletrabajo. Hoy en día, son muchas las empresas que tienen equipos de trabajo multidisciplinares cuyos componentes están ubicados en ciudades y sedes distintas pero que, gracias a la red, pueden desarrollar un proyecto determinado y compartir conocimiento como si estuviesen sentados en el mismo espacio de oficinas.

La red no solo permite la colaboración entre los miembros de un equipo de trabajo de una empresa sino que también se ha convertido en el pilar sobre el que se construyen muchas start-ups y, también, en el lugar de encuentro de gente con ideas, entusiastas y, en general, personas con ganas de colaborar y trabajar que se unen bajo el paraguas de una idea común o un proyecto cuyo capital humano y financiero puede tener su origen en la red.

¿Financiación y recursos a través de la red? Si bien la colaboración no es algo exclusivo de la red, sí que es cierto que Internet nos ha dotado de potentes canales de comunicación que facilitan el contacto con personas, con ideas o inquietudes similares a las nuestras y, claro está, con otros profesionales con los que podemos colaborar, desarrollar proyectos o que pueden actuar como fuentes de financiación de nuestras ideas.

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¿Qué es el crowdsourcing?

El crowdsourcing, precisamente, es una forma de colaboración que consiste en la distribución o externalización de ciertas tareas de un proyecto que serán realizadas por una comunidad de colaboradores en vez de lo que, tradicionalmente, se haría por medio de la subcontratación o la externalización a una empresa. Uno de los pilares del crowdsourcing es la red puesto que, a través de Internet, podemos dar difusión de nuestros proyectos, realizar la captación de colaboradores y, claro está, organizar los recursos y el trabajo a realizar.

Aunque el término nos pueda sonar como algo muy nuevo, el crowdsourcing lleva funcionando bastante tiempo y proyectos como Wikipedia o un buen número de proyectos de software libre se fundamentan, precisamente, en la colaboración masiva de profesionales que, en su mayoría, trabajan de manera desinteresada. Gracias a esta captación de capital humano, e incluso de financiación, los proyectos pueden avanzar rápidamente y obtener más y mejores soluciones gracias al esfuerzo colectivo que, además, redunda en un mejor balanceo de la carga de trabajo porque cada pequeño esfuerzo, al final, suma y computa para la obtención de un resultado final.

El término fue acuñado por Jeff Howe y el editor Mark Robinson en un artículo para la revista Wired, allá por el año 2006, para ilustrar un fenómeno que comenzaba a fraguarse en la red y que cambiaba las reglas del tradicional outsourcing de servicios para apostar por la colaboración a través de la red como motor con el que construir y desarrollar proyectos.

Este cambio de paradigma nos permite «reclutar» talento gracias a la red y emprender proyectos de desarrollo software, realizar diseños de manera colaborativa o, incluso, colaborar en la traducción de contenidos a la vez que aprendemos o, simplemente, nos sentimos realizados al colaborar, en nuestro tiempo libre, con una idea que nos gusta o con la que nos sentimos identificados.

Una buena definición de crowdsourcing es la de Henk van Ess que, durante una presentación en el año 2010, definió esta vía de colaboración de la siguiente forma:

El crowdsourcing consiste en canalizar el deseo de expertos para resolver un problema y luego compartir libremente la respuesta con todo el mundo

Tipos de crowdsourcing

Al igual que en un proyecto convencional, los proyectos basados en el crowdsourcing también requieren un modelo de gobernanza en el que organizar a los integrantes del equipo y velar por la alineación con los objetivos y, claro está, la calidad de los productos a obtener. Si tomamos como ejemplo el funcionamiento de Wikipedia, el sitio está abierto a la colaboración pero, por encima de los colaboradores (o wikipedistas), encontramos a los editores más experimentados que son los encargados de revisar los contenidos y velar por su calidad, es decir, aunque los proyectos estén abiertos a la colaboración, se siguen modelos de gobierno que permitan optimizar los recursos y los esfuerzos además de organizar bien el trabajo.

Tipos de crowdsourcing

Dentro de este movimiento alrededor del trabajo colaborativo, dependiendo del ámbito de actuación o el problema que queremos solventar mediante las aportaciones de terceros, podemos encontrar distintos modelos de colaboración:

  • Crowdfunding, es decir, la búsqueda de financiación a través de las donaciones y aportaciones de terceros que por afinidad con nuestro proyecto, por satisfacción personal o por una recompensa simbólica deciden realizar una aportación monetaria con la que financiar un desarrollo, un proyecto o sustentar una idea. Quizás pueda sorprender esta vía de financiación pero plataformas como Kickstarter se han posicionado como una importante fuente de financiación para muchos proyectos, además de servir de trampolín publicitario de muchas ideas de negocio.
  • Crowdcreation consiste en la creación de manera colaborativa, es decir, la redacción de un libro o la concepción de una idea mediante las aportaciones, por pequeñas que estas sean, de una comunidad de usuarios con ánimo de colaborar.
  • Crowdvoting es algo a lo que estamos, realmente, bastante familiarizados aunque nunca hayamos asociado este término a las votaciones masivas en concursos de ideas o grandes encuestas.
  • Crowd wisdom, o sabiduría colectiva, es el esfuerzo empleado por una serie de colaboradores para generar conocimiento y, por ejemplo, nutrir de contenidos Wikipedia o colaborar en el desarrollo de iniciativas vinculadas a la formación y la divulgación.

¿Oportunidad o amenaza?

Aunque, a primera vista, el crowdsourcing pueda verse como una especie de amenaza para las empresas que ofrecen servicios, por ejemplo de outsourcing; realmente es una oportunidad tanto para empresas como para profesionales, entusiastas y emprendedores porque es un estupendo mecanismo para unir, bajo un mismo paraguas, capital humano, capital financiero y creatividad y, gracias a estos tres ingredientes, desarrollar proyectos que, de otra forma, requerirían mucho tiempo, esfuerzo y recursos.

Hoy en día, grandes compañías que se enfrentan a desafíos complejos recurren al crowdsourcing en busca de ideas y posibles soluciones, un modelo de colaboración que prima las buenas ideas y que, incluso, las puede llegar a recompensar. De hecho, no debemos ver el crowdsourcing como una fuente de mano de obra barata, sino como un potente instrumento con el que descubrir talento, con el que impulsar proyectos o solventar problemas que no somos capaces de abordar con nuestros propios medios y recursos.

Además de aportar valor a los proyectos, en sí mismo, el crowdsourcing puede llegar a ser una oportunidad de negocio para empresas que quieran acercar oferta (retos, proyectos, desafíos que solventar) con la demanda (profesionales con ideas y ganas de aportar). En este sentido, plataformas como Innocentive o NineSigma han encontrado un potente nicho de mercado en el crowdsourcing y lo están llevando a grandes corporaciones y multinacionales. Centros como el MIT, por ejemplo, recurren al crowdsourcing para captar beta-testers de algunos de sus desarrollos, y servicios como Foursquare basan una buena parte de su oferta de contenidos en el crowdsourcing, es decir, en las aportaciones de los usuarios del servicio.

Crowdsourcing España

La captación de colaboradores

Aprender o profundizar en una materia concreta, aportar o ganar experiencia en proyectos, búsqueda de reconocimientos, compartir conocimiento o identificación con una causa o con una idea pueden ser algunos de los motivos por los que alguien pueda decidir colaborar con un proyecto. Lógicamente, para poder captar colaboradores en un proyecto, éste debe ser visible y contar con los recursos adecuados para realizar una convocatoria pública o un llamamiento a la acción y la colabración.

En este sentido, Internet nos puede dotar de un amplio abanico de recursos con los que llevar a cabo la difusión de nuestro proyecto, captar colaboradores y construir nuestro proyecto usando herramientas colaborativas online. Para facilitar esta captación de capital humano y financiero, han surgido un buen número de iniciativas que ofrecen herramientas con los que acercar nuestra demanda a la oferta existente, es decir, buscar colaboradores o financiación para nuestro proyecto.

Solamente en España, existen alrededor de 50 plataformas que nos pueden ayudar en esta búsqueda de recursos y, de estas 50, alrededor de 30 están enfocadas exclusivamente en la búsqueda de financiación, es decir, en el crowdfunding. Iniciativas como Goteo, Kifund, Inversore, Inverem o Yuujoo ofrecen a los emprendedores un canal con el que poder buscar financiación y colaboradores para los proyectos que están desarrollando.

Proyectos que se apoyan en el crowdsourcing

¿Y realmente funciona el crowdsourcing? ¿Es posible desarrollar proyectos basándonos en las ganas de colaborar de gente que no conocemos y con la que nos comunicamos a través de la red? Ya sea para grandes proyectos o ideas algo más modestas, el crowdsourcing puede ser un mecanismo que nos puede ayudar a poner en marcha un proyecto y dotarlo de potentes recursos, o bien convertirlo en el pilar que sustente las actividades de nuestro negocio.

DARPA, la agencia de investigación del Departamento de Defensa de Estados Unidos, ha puesto en marcha un «concurso de ideas» para diseñar un nuevo vehículo anfibio para el Cuerpo de Marines, es decir, ha recurrido al crowdsourcing para que los entusiastas de la ingeniería les ayuden a construir una nave de combate y, así, darle un soplo de aire fresco a este tipo de proyectos tan herméticos, para abrir la puerta a nuevas ideas e iniciativas que serán incentivadas con premios económicos.

Idiomas en peligro de extinción es una iniciativa de Google, con la que se pretende catalogar y documentar aquellos idiomas que están en riesgo de desaparecer y que se estiman en unos 3.500. En este portal se almacenan documentos sonoros y videográficos del uso de estos idiomas y, con la idea de preservar esta herencia cultural y aumentar los recursos de este banco de conocimiento, el proyecto está abierto a las aportaciones de los usuarios.

La investigación científica también está recurriendo a las colaboraciones masivas para optimizar recursos y acortar los tiempos que duran este tipo de trabajos. En el ámbito del estudio del cerebro humano, un equipo de 200 científicos de todo el mundo procedentes de más de 100 centros de investigación trabajarán, de manera colaborativa, en estudiar el funcionamiento de nuestro cerebro y sumarán esfuerzos en busca de un objetivo común.

Servicios web como Foursquare, TripAdvisor o IMDb son tres ejemplos de servicios que nos muestran recomendaciones escritas por otros usuarios, ya sean de hoteles, restaurantes, establecimientos o, en el caso de IMDb, películas de cine. Todas estas recomendaciones, que son el valor del servicio, provienen de los usuarios y sus ganas de compartir impresiones y conocimiento, es decir, también es una forma de aplicar el crowdsourcing como pieza clave en el funcionamiento de un servicio.

El crowdsourcing puede llegar, incluso, más lejos que empresas con grandes recursos como Google. Proyectos como OpenStreetMap, que tienen como objetivo la creación de un sistema cartográfico libre, son capaces de actualizar sus datos y reaccionar más rápido que Google Maps a los cambios y a las actualizaciones gracias a la potente comunidad de usuarios que apoya el proyecto y cartografían sus ciudades o corrigen los datos que se ofrecen desde el servicio.

Este nuevo escenario que nos propone el crowdsourcing nos muestra que la colaboración y la suma de pequeños esfuerzos se puede materializar en un potente motor con el que poder abordar proyectos y problemas de gran complejidad y envergadura, optimizando recursos, acortando los tiempos de desarrollo y aportando valor, tanto hacia nuestros clientes como hacia los colaboradores del proyecto.

Imágenes: Crowdsourcing Blog, Beth Kanter y Cobrasoft

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