Un proyecto cocinado en el MIT ha creado dos dedos robóticos, capaces de complementar una mano humana.
Los implantes robóticos suelen estar orientados a paliar amputaciones y otras discapacidades físicas relativas a las extremidades generalmente. Los desarrollos más avanzados son los que sustituyen a piernas o brazos, particularmente los que cubren la parte del antebrazo o la pantorrilla. Sin embargo, en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) han creado un dispositivo capaz de implantarse en una mano sana. Se trata de dos dedos robóticos que se coordinan con los movimientos que realiza su portador.
Harry Asada, el ingeniero que ha dirigido este proyecto, tenía en mente crear algo que pudiera servir como una extensión del cuerpo humano, no necesariamente enfocada a paliar una discapacidad física sino a complementar las capacidades humanas. La idea es que los dedos robóticos sean como una herramienta verdaderamente familiar para su portador, como una extensión de su propia mano.
Para que esto fuera así, el ‘7 Finger Robot’, como ha sido llamado el desarrollo, tiene que coordinarse con los movimientos que la persona hace. La mano, con todos sus dedos reales, tiene que tener libertad sin que los dedos robóticos la entorpezcan. No solo eso, sino que los dos espigados elementos artificiales deben ser útiles a los propósitos de sus hermanos de carne y hueso.
Por el momento los dedos robóticos sirven para agarrar objetos de manera más segura. Al tomar una manzana la parte artificial de la mano sirve de apoyo en la tarea. En el caso de que el objeto sea más pesado los implantes proporcionan una fuerza superior a su portador. Por ahora solo son algunos objetos para los que el desarrollo está preparado pero los investigadores piensan crear una base de datos más amplia.
El funcionamiento de 7 Finger Robot se ajusta a lo que hace en cada momento su portador porque la idea no es tener una herramienta robótica que se pueda controlar, aunque sea mediante gestos de la mano. La intención es que el desarrollo se integre en el movimiento humano. Para esto los investigadores han estudiado exhaustivamente la psicología de los gestos humanos, sobre todo la acción de agarrar algo. Todo este conocimiento, analizado y organizado, lo han volcado en el algoritmo que dirige a 7 Finger Robot y que lo convierte en autónomo.
Aparte de la fuerza que imprimen los dedos robóticos, estos también sirven para algunas tareas cotidianas. Es curioso ver como la mano real, enguantada, remueve el café mientras los dedos artificiales sujetan el vaso de cartón.
Imagen: Melanie Gonick / MIT