Como tantos objetos de la vida cotidiana, los artículos tecnológicos también alcanzan un punto en el que debemos desecharlos. En este sentido, una de las principales preocupaciones de los jugadores en el mundo de la tecnología es la mejor forma de eliminar los discos duros, ya que esta tarea debe conciliar la seguridad de la información con el impacto ambiental.
El desecho de discos duros
Hoy en día, las compañías cambian sus dispositivos electrónicos cada tres, cuatro o cinco años. Puede ser que busquen mejorar o actualizar sus tecnologías, pero con frecuencia tiene que ver con las expectativas de funcionamiento. En el caso de los discos duros, se acostumbra dejar de usarlos cuando expira su garantía.
Por ejemplo, los centros de datos destruyen el 90% de los discos de almacenamiento que descartan. Esta práctica es generalizada a pesar de que hoy existe software verificado para eliminar la información de un disco duro y así poder utilizarlo de nuevo.
Y es que las organizaciones prefieren no tomar ningún riesgo de cara a una potencial filtración. Un evento de ese tipo puede representar problemas con sus clientes y aliados. Adicionalmente, puede acarrear penalidades provenientes de los reguladores en la materia.
Así, estos desechos electrónicos crecen día a día. Hoy, existen cerca de 23 mil centros de datos globalmente que alojan unos 70 millones de servidores. Imagina el volumen de discos que descartan al año.
La magnitud de este problema solo crece si tenemos en cuenta que se construirán 700 nuevos centros de datos alrededor del mundo durante los próximos tres años. Se estima que con ellos alcanzaremos las 75 millones de toneladas de desechos electrónicos para 2030.
Impacto ambiental
Los desechos electrónicos contienen combinaciones complejas de sustancias altamente tóxicas. Estas pueden potencialmente dañar la salud humana, así como el medio ambiente. Además, la fabricación creciente de dispositivos impacta la naturaleza, ya que emplea diversos metales preciosos obtenidos a través de la minería.
Prácticas de desecho de discos duros
Usualmente, los discos duros se destruyen en un proceso de trituración. Esto los hace inservibles y permite que sean reciclados. Sin embargo, este método solamente recupera cerca del 70% de los materiales. De hecho, se pierden sustancias clave como paladio, níquel, disprosio y neodimio. Estas son minadas y su demanda crece a medida que priorizamos la energía eléctrica para alejarnos de los combustibles fósiles.
Además, la trituración sigue representando un riesgo de seguridad. La creciente capacidad de almacenamiento de los discos hace que tengan más información en cada centímetro. Así, es posible recuperar datos de una pieza diminuta usando el conocimiento y las herramientas correctas.
Una práctica más definitiva es la incineración de discos. Esta hace que la información es imposible de recuperar, pero elimina la posibilidad de reutilizar el dispositivo o sus materiales.
Alternativas para gestionar discos duros
Desechar no es necesariamente la única vía. La depuración es un método que permite usar de nuevo un disco duro. Incluso, abre la posibilidad de que pueda venderse en el mercado secundario en vez de reutilizarse dentro de la misma organización.
La depuración hace que la recuperación de datos sea imposible, aun si se usan herramientas y técnicas de punta. Estos son algunos ejemplos de depuración:
- Reescribir el disco duro con nuevos patrones de datos.
- Eliminación criptográfica, que implica que los datos no pueden ser leídos si se ha eliminado la llave de cifrado.
Algunas compañías que se dedican a este proceso ya están viendo muestras de su potencial. La estadounidense Seagate depuró y revendió 1.16 millones de discos duros y unidades de estado sólido durante 2022. Así, evitó más de 540 toneladas de desechos electrónicos. En su proyecto piloto en Taiwán, centros de datos pequeños y operaciones de minería de criptomonedas han optado por estos dispositivos. La reutilización parece ser una vía prometedora para generar una economía circular en vez de lineal en el sector. Especialmente de cara a la imposibilidad que se tiene de reciclar la totalidad de los materiales de un disco duro. Además, puede aplicarse a otros aparatos como routers, por ejemplo. Entonces, aquí encontramos una alternativa para lograr el equilibrio. La humanidad lo necesita.
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