La vida útil de un smartphone se estima que es de un año y medio y tirar dispositivos se vuelve algo cotidiano. Acá diferentes formas para desecharlos, sin contaminar el medio ambiente.
Hoy cambiar un dispositivo viejo por uno más novedoso es de lo más normal. Muchos deciden actualizar sus gadgets antes de que estos se vuelvan viejos. Otros deciden utilizarlos hasta que se terminan rompiendo o se vuelven completamente obsoletos. La gran pregunta para aquellos que no quieren simplemente tirarlo a la basura o dejarlos en la calle, para que otro se los lleve y lo termine tirando a la basura más adelante, es qué hacer con ellos.
No dañar el medio ambiente es un tema que interesa cada vez más. Y poder tirar los dispositivos electrónicos sin contaminar no es tarea fácil, sobre todo si no se puede re-vender.
Los países desarrollados generan millones de toneladas de basura electrónica anualmente (en Estados Unidos el 1% de la basura sólida es de este tipo, el equivalente a 3 millones de toneladas). En Latinoamérica, Argentina, por ejemplo, produce 120 mil toneladas de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE).
Todos estos aparatos poseen componentes de lo más tóxicos, como fósforo, plomo o mercurio, entre otros. No obstante, dependiendo del país de origen, existen muchos proyectos que tienen la intención de ayudar al consumidor a deshacerse de estos dispositivos.
Equidad, por ejemplo, una organización sin fines de lucro, está en contacto con líderes comunitarios y maestros de toda Argentina, que implementan planes sociales y educativos usando como herramientas computadoras e Internet. El objetivo es reducir la gran brecha digital que hay entre los niños, y para ello aceptan PCs que no se usen más, y las distribuyen entre los que más las necesitan.
Las baterías están entre los productos más contaminantes que existen. No se deberían tirar con la basura convencional, porque los daños generados son irreparables. La mayoría de los gobiernos tienen planes y lugares determinados donde se pueden acercar las que ya no funcionen, para que sean eficazmente procesadas. Greenpeace también cuenta con lugares en todo el mundo, donde se aceptan y se reciclan baterías.
Según estima Greenpeace durante el 2011 se descartaron 10 millones de celulares. Además de perder recursos no renovables como el oro, plata o cobre, lo grave de esto es que en muchos casos hasta el 95% de ellos podía ser reciclado o recuperado.
Por este motivo compañías como Nokia tienen servicios que permiten encontrar el lugar más cercano para poder dejar tu teléfono y estar seguro de que estas compañías harán lo necesario para desechar tu dispositivo, sin ensuciar el medio ambiente.
Para cerrar, compartimos un video interesante. Para determinar a dónde iban los dispositivos después de ser desechados, en la región de Seattle, desde el Instituto Tecnológico de Massachusetts se instalaron tags a cientos de gadgets. Con el consentimiento de los dueños, el objetivo era investigar su nueva vida y el resultado es sorprendente.
Imagen directamente tomada del vídeo