Drones para prevenir y controlar incendios forestales

La tecnología puede ayudar de una forma mucho más rápida a detectar la existencia de focos de incendios para planificar el combate contra las llamas.

En lo que llevamos de 2017 se han registrado un total de 11.742 incendios en toda España, según apuntan los datos del último informe del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. Estos días hemos presenciado algunos de los peores de todo el año con los focos surgidos en Galicia, que han arrasado más de 11.500 hectáreas, una cifra superior a la registrada en todo el año en la comunidad.

Aunque muchos de los incendios pueden evitarse, es cierto que otros, causados por manos humanas tanto conscientemente como por descuido, precisan de una detección lo más rápida posible para poder intervenir cuanto antes.

Prevenir incendios con drones

Desde el Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP) de Esquel y la empresa Lifestyle Media de Trevelin han desarrollado un dron para ayudar a prevenir y controlar los incendios forestales.

Su nombre es Fénix 3D, se trata de un drone “multi-rotor” (con seis hélices), que cuenta con una cámara óptica de alta resolución y otra de alta sensibilidad térmica.

El dispositivo tiene un alcance de hasta 20 kilómetros de conexión de radio, 5 kilómetros de señal de cámara óptica HD y la posibilidad de detectar los puntos calientes de un incendio, función esencial cuando el humo o las nubes limitan el campo de visión.

Los desarrolladores destacan que la cámara térmica permite detectar el movimiento de maquinaria, animales o personas en riesgo en el bosque, así como puntos calientes en la periferia del incendio que pueden ser posibles nuevos focos.

Gran autonomía y coste reducido

Dispone de una autonomía de vuelo de más de 40 minutos y puede volar a mayor altura que los aviones y helicópteros utilizados en los incendios. Otra de las grandes ventajas que aporta es que, además de poseer de una gran versatilidad, tiene un coste reducido de operación, sobre todo si lo comparamos con los medios utilizados hasta ahora. Además, gracias a sus brazos plegables, se mueve fácilmente en bosques y terrenos de montaña.

“El desarrollo está hecho para dar soluciones tecnológicas a problemas ambientales. Es posible realizar otros modelos y con otras capacidades mediante su financiamiento público o privado y a demanda”, apunta la coordinadora del proyecto.

Por otra parte, el Centro Nacional Patagónico (CENPAT, del Conicet) desarrolló un modelo estadístico sobre cartografía digital, que permite detectar y analizar las zonas expuestas a incendios y la vulnerabilidad de éstas. Gracias a estos mapas, se puede hace un análisis de los riesgos y amenazas de incendio, así como de los factores que lo determinan: temperatura, precipitaciones, vegetación, viento… Además, el proyecto también incluye una técnica de detección de áreas quemadas.

Un ordenador localiza estas áreas y las incorpora a una base de datos que se renueva cada 16 días. La función principal de este proyecto es aportar más datos sobre áreas quemadas para poder hacer una evaluación ambiental e introducir medidas para la regeneración de la vegetación.

Los investigadores indicaron que así buscan “gestionar y promover la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías para evaluar la potencialidad de peligro de incendios”.

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