Así lo ha decretado la Organización Mundial de la Salud después de la reciente propagación del virus por la República Democrática del Congo.
La sombra del ébola sigue estando presente aún en muchas zonas africanas. De hecho, se ha convertido en la actualidad en una de las principales amenazas para la salud continental.
Para recordar lo que supone el ébola como enfermedad, primero debemos explicar qué es. Se trata de un virus muy peligroso en contacto con el organismo humano. Sus primeros efectos constan de fiebre, dolor muscular y de garganta y una debilidad extendida a todas las zonas del cuerpo. Una vez pasada esta primera fase, el virus desarrolla un potencial mayor produciendo vómitos, diarreas y hemorragias tanto internas como externas. Los pacientes que la padecen mueren a los pocos días debido, principalmente, a la deshidratacion y a los fallos orgánicos múltiples.
El contagio del virus se hace efectivo a través del contacto directo con las lesiones producidas en la piel, la boca y la nariz, la sangre y todo fluido corporal del afectado.
El estado de alerta sacude a la comunidad sanitaria internacional
Los recientes casos diagnosticados en el país congoleño han vuelto a poner el foco de atención de la Organización Mundial de la Salud en el virus. Uno de los más preocupantes ha sido el de un sacerdote en la ciudad fronteriza de Goma.
Es especial este caso debido a que se trata de una ciudad con alrededor de dos millones de habitantes. Además, al encontrarse en la frontera con Ruanda, hace pensar que es posible el contagio más allá de las líneas congoleñas.
También el país vecino, Uganda, ha detectado varios casos aislados dentro de su territorio, por eso, se teme una crisis vírica en los países que forman el corazón de África.
Este nuevo brote surgió hace apenas un año, aproximadamente en agosto de 2018, y se ha cobrado la vida de casi 1.700 personas, además de 2.500 casos en tratamiento.
Después del brote que hubo entre 2014 y 2016, la OMS ha decidido elevar el nivel de alerta al máximo y ha pedido ayuda internacional para frenarlo. Pero, por ahora, y en palabras de la propia organización, dicha ayuda no llega, lo que dificulta su acción en la zona. Además de los conflictos internos, que últimamente se han incrementado en ese lugar.