El ecommerce sigue ganando peso en el día a día de millones de personas en todo el mundo y la cantidad de dinero aumenta cada año. Sin embargo, todavía tiene mucho que mejorar en términos de fiabilidad.
El comercio electrónico ha transformado de forma radical los hábitos de consumo de una amplia parte de la población. En España, el ecommerce aumentó su facturación en un 32,8% en el último año, hasta alcanzar los 9.000 millones de euros.
Este auge no se trata de un hecho aislado, sino que la tendencia se puede identificar globalmente. Los informes más recientes aseguran que el mercado del retail online superará en 2019 los 25 billones de dólares.
Sin embargo, pese a que las cifras son muy positivas y permiten el optimismo para el futuro del sector, muchas personas todavía se muestran reacias a realizar transacciones económicas a través de Internet.
¿Qué decisiones aumentarán la seguridad del ecommerce?
La mayoría de los países tienen marcos legales muy detallados que amparan y protegen a los consumidores. Sin embargo, tan solo el 52% han actualizado sus políticas para cubrir las actividades comerciales online, según datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. El resto de los países todavía carece de una protección a la altura del crecimiento exponencial del ecommerce. El 6% son países inmersos en proyectos de legislación; el 10% no tienen ninguna ley de protección actual; y sobre el 32% restante no existe ninguna información al respecto.
La seguridad de los datos personales de los usuarios debe ser una prioridad y una parte fundamental en cualquier negocio de ecommerce. En este sentido, son ya 107 los países que han reaccionado y han desarrollado las pertinentes leyes para asegurar la protección de los datos y la privacidad de los consumidores durante las compras. Esto representa un 58% del total, mientras que un 10% han comenzado el proceso, el 21% no tienen leyes en la actualidad y únicamente del 12% no se conocen datos.
Cooperación y legislación a nivel global
El objetivo ansiado es cubrir todos los aspectos que implican las relaciones entre los consumidores y las empresas en el momento de la compra online. Los desafíos que los responsables políticos tratan de abordar incluyen prácticas comerciales desleales, spam, especificaciones contractuales, pagos seguros o devoluciones.
La globalización ha tenido un impacto innegable en el campo del ecommerce. Sin embargo, la posibilidad de comprar en el extranjero todavía tiene que mejorar en términos de transparencia, logística y garantías. Es necesaria una mayor cooperación entre las grandes corporaciones y las instituciones políticas internacionales para reducir las barrera existentes e impulsar definitivamente el ecommerce internacional.
