Un cometa recientemente descubierto será el que más cerca pase de la Tierra desde 1770. Su estudio nos permite trazar la historia del Sistema Solar.
Si fuéramos capaces de atisbar el cielo sin necesidad de usar telescopios, seríamos capaces de ver con nuestros propios ojos una suerte de «bolas de nieve sucias» cruzando el firmamento. Estas no son otras que un cometa. Y aunque no los veamos, lo cierto es que cuerpos como Catalina o Lovejoy pasaron cerca de nuestro planeta en el pasado, iluminando de alguna manera este rincón del espacio.
Los cometas son objetos del Sistema Solar formados mayoritariamente por hielo y polvo, una composición que les da esa apariencia característica de «nieve sucia». Normalmente cuentan con órbitas muy elípticas, por lo que pueden tardar en dar una vuelta al Sol de unos pocos a cientos de miles de años.
Los fósiles del Sistema Solar
Al pasar cerca de nuestro astro, el calor del Sol provoca que el hielo de su interior se derrita. De este modo un cometa empezará a desprender gases y partículas de polvo que conformarán lo que en astronomía se denomina «cola», que puede llegar a medir más de un millón de kilómetros. Y aunque la mayor parte de los cometas proceden de la Nube de Oort, situada a un año luz de nuestro astro, otros pueden proceder del conocido Cinturón de Kuiper, como es el caso del cometa 67P estudiado por la misión Rosetta.
Investigar este tipo de cuerpos no solo ayuda a mejorar nuestro conocimiento en astronomía. También nos sirve para comprender la historia de un cometa y entender la evolución del Sistema Solar. Y es que hay algunos objetos muy peculiares, como el cometa P/2016 BA14 (Pan STARRS), que está a punto de «rozar» la Tierra. De hecho, según apuntan desde el Instituto de Astrofísica de Canarias, será el cuerpo que pase más cerca de nuestro planeta desde 1770.
Su máxima aproximación permitirá que el cometa Pan STARSS cruce a solo nueve distancias lunares, es decir, a 3,5 millones de kilómetros. Aunque su viaje no supone ninguna amenaza para la Tierra, lo cierto es que su estudio con telescopios ópticos y radiotelescopios nos permitirá conocer un poco mejor a este cuerpo de hielo y polvo.
Y es que el cometa Pan STARSS fue hallado recientemente. El Panoramic Survey Telescope & Rapid Response System de Hawaii descubrió el pasado 21 de enero de 2016 este cuerpo, que acompaña en su viaje al cometa 252/Linear. Desde la perspectiva astronómica, estos objetos también han sido definidos como los «fósiles» de la formación del Sistema Solar, pues contienen datos importantes del nacimiento de los sistemas planetarios al contener material muy primigenio. Seguir su rastro, por tanto, nos ayuda a entender un poco mejor la historia del cosmos.
Imágenes | J.C. Casado (Instituto de Astrofísica de Canarias), Cafuego (Wikimedia)