El plan de Elon Musk para unir máquinas y cerebro asusta y fascina por partes iguales

Tal y como se presenta Neuralink, es muy probable que no estemos lejos de un nuevo paso en la evolución de la especie.

Tal y como ya dijimos sobre Elon Musk cuando se supo que se embarcaba en Neuralink para conectar mente y ordenadores, tras Tesla y SpaceX, el hambre de la gran mente sudafricana no tiene límites. Tras admitir que no tendrá demasiado tiempo para dedicar a la empresa y explicar que pese a ello es una oportunidad que no se puede desperdiciar, ha concedido una entrevista a Wait But Why en la que ha detallado el gran plan que hay detrás del enlace neural o cordón neural.

Antes de profundizar, lo que más sorprende de toda la entrevista no es el optimismo de Musk respecto a lo que la tecnología puede llegar a conseguir, sino los plazos, y es que, según él, lo que plantea Neuralink podrá ser una realidad como producto comercial en 2021. No será todavía algo tan rompedor para el conjunto de la sociedad, pero sí para el extenso grupo que sufre lesiones cerebrales y precisa de avances en este sentido para mejorar su calidad de vida y facilidad comunicativa.

Fuera del terreno de la accesibilidad, la clave para Musk está en mejorar nuestra manera de comunicarnos a nivel de especie, ya que, según él, actualmente nuestro pensamiento y la forma comprimida en que funciona el lenguaje hacen que se pierda parte de la esencia de lo que se quiere comunicar. El objetivo final no es más que convertir al humano en un ser cuyas capacidades puedan ser ampliables.

Lo que Matrix nos mostró no está tan lejos.

En este caso, se pretende añadir una capa de inteligencia artificial a la inteligencia humana, y esa capa podría vivir biológicamente dentro de nosotros. Así nos convertiríamos en ciberborgs que podrían incluso comunicarse con tan sólo el pensamiento y conexiones extracorporales, sin lenguaje directo. Habiendo alcanzado un nivel suficiente de transmisión de datos y latencia, cosa que sí que parece complicado al nivel humano, la inteligencia artificial puede ser centralizada y estar en la nube.

A nivel de conocimiento, Neuralink también tendrá su protagonismo, y esto podría suponer el fin del estudio, pues con «simples» actualizaciones se lograría adquirir conocimiento. Sí, nos acercamos a Matrix.

Lógicamente esto puede tener muchas cosas positivas, y muchas cosas negativas planteables justo a la inversa de las primeras. Es decir, si algo como Neuralink alcanzara un nivel tan enormemente alto, ¿quién podría negar, alejado de conspiraciones, que está siendo controlado de alguna manera?

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