El desarrollador Patrick Rodriguez está creando y compartiendo nuevos juegos para esta mítica videoconsola de bolsillo. Una original forma de revivir los 8 bits que marcaron a los niños y jóvenes de los 90.
Navidades de 1998. Como tantos otros niños, Patrick Rodriguez desenvuelve un paquete y se encuentra con la anhelada Game Boy Color morado transparente, el entonces novedoso modelo con el que Nintendo conquistaba el mundo en 8 bits. Al poco tiempo, Rodriguez descubrió Pokémon Azul y, desde ese momento, quiso hacerse con todos los juegos que encontraba en su camino hasta desarrollar los suyos propios.
«Me quedé alucinado de ver cómo se podía crear un videojuego tan complejo y apasionante para una máquina tan pequeña«, cuenta a Think Big. Pero para seguir satisfaciendo sus ansias de jugar tuvo que vender aquella consola que nunca cupo en realidad en el bolsillo y con la que se podían ganar batallas en mundos imaginarios desde cualquier parte.
Más de 15 años después de abrir aquel regalo, este desarrollador de Boston decidió comprar por eBay una vieja Game Boy que ha pintado, cambiado los botones por otros más coloridos, añadido retroiluminación para ver mejor la pantalla e instalado puertos de audio con el fin de grabar sonidos.
Su primer objetivo era componer música en 8 bits, una reciente moda que evoca los electrónicos sonidos que transmitía el aparato al que más apreciabas hace unos años. Tras experimentar con un editor, se dio cuenta de que componer no era lo suyo, así que decidió aprovechar sus conocimientos de programación en otra iniciativa: desarrollar nuevos videojuegos para la antigua Game Boy.
«Muchas personas se sorprenden de que todavía se hagan videojuegos para estos sistemas y les encanta jugarlos», cuenta Rodriguez, que al enseñar sus juegos en algunos eventos locales, impresiona de forma tremenda a los asistentes.
Por el momento, ya ha creado seis juegos como parte de su original proyecto 8 Bitty Games. Los amantes del pasado de Nintendo pueden acceder a ellos desde el ordenador gracias a los emuladores de Game Boy o desde la antigua viodeoconsola, una gigantesca reliquia frente a los actuales smartphones, con ayuda de un cartucho flash.
Así que si figuras entre los que se resistieron a tirar a la basura la máquina con la que tan buenos ratos pasaste, puedes estrenar nuevos juegos y rememorar aquella estética que hizo historia.
El primero que creó Rodriguez fue Yarn Ball, un sencillo juego en el que hay que guiar a un ovillo de lana a través de 23 niveles y que ha convencido a los que han jugado por ser «muy adictivo». El concepto se le ocurrió en realidad a una amiga suya durante la Global Game Jam de 2013, el famoso encuentro de creadores de videojuegos.
«Acabé desarrollando el juego durante un mes y disfruté mucho haciéndolo, Por eso pensé que podría ampliarlo en un proyecto mayor», asegura este creador. Con ayuda de sus juegos, también podrás coleccionar esferas, esquivar balones o bailar en un estudio de danza, una idea inspirada en un minijuego del mítico The Legend of Zelda: Oracle of seasons.
Este nostálgico diseñador ha querido rendir un tributo a todo el universo Nintendo: ha creado un juego interactivo, Barble 1290, para el que se necesita la Game Boy Printer, la pequeña impresora térmica que plasmaba imágenes y textos en píxel gordo, o un emulador.
La relación entre los hombres y las máquinas es el argumento de este juego, con el que podrás imprimir «una historia de amor, pérdida y triunfo del espíritu humano».
A Rodriguez le ha llevado su tiempo conseguir que la impresora y la Game Boy trabajaran conjuntamente. Programar antiguallas no es tarea sencilla. «Las herramientas que uso para hacer los juegos fueron creadas sobre el año 2000, y ese es probablemente el mayor reto, porque la librería de código ya no está soportada y hay una gran cantidad de errores de ‘software’ que tengo que descifrar por mí mismo», detalla.
Pese a esas dificultades, este desarrollador define el proceso de diseño como «fácil y divertido» y valora positivamente todo lo que ha aprendido. El esfuerzo se ha visto recompensado: algunos artistas del chiptune, la música en 8 bits, le han felicitado por el juego musical que ha creado.
Tiene que desarrollar los últimos dos juegos, pero por el momento está estudiando cómo hacerlos diferentes e interesantes al tiempo. Aunque la descarga es gratuita, Patrick Rodriguez busca mecenas en la plataforma Patreon para seguir creando proyectos con aire retro. Actualmente, trabaja en Legends of Beforia, un juego de cartas que va a comenzar a imprimir dentro de poco. Un ejemplo de que todavía quedan artesanos dispuestos a preservar y revivir el pasado de los juegos.