tren gravitacional

El viejo sueño del tren gravitacional

Imaginas poder vivir en Madrid e ir a trabajar a Tokio todos los días con viajes transoceánicos de tan solo 45 minutos. Así es el utópico tren gravitacional de Michio Kaku

Imaginas un medio de transporte ultrarrápido capaz de poder viajar a la otra parte del mundo en tan sólo 45 minutos. Aunque parezca una utopía, existe un proyecto en marcha que plantea la construcción de un hipotético medio de transporte que uniría dos extremos opuestos de la corteza terrestre mediante un túnel rectilíneo que pasa por el centro de la Tierra. El llamado tren gravitacional permitiría, por ejemplo, viajar de Madrid a Taiwan o de Barcelona a Nueva York en tres cuartos de hora.

Impulso gravitatorio

Este curioso proyecto puesto en marcha por el astrofísico estadounidense Michio Kaku plantea la posibilidad de unir dos puntos opuestos de la superficie terrestre a través de un túnel subterráneo, integrado por un trayecto descendente hasta llegar al centro de gravedad de la Tierra seguido de otro ascendente, como si de un oscilador armónico se tratara.

tren gravitacional

Según la teoría del Dr. Kaku, la aceleración en caída libre partiendo del reposo desde un punto de la corteza terrestre, permitiría acelerar el tren gravitacional por gravedad hasta alcanzar la vertiginosa velocidad de 28.440 km/h y cubrir la primera parte del trayecto situado en el mismo centro de gravedad de la Tierra. Del mismo modo, la misma inercia del tren gravitacional permitiría acelerar el convoy en sentido inverso o ascendente, cubriendo la otra mitad del trayecto hasta reducir su velocidad a cero en el otro extremo del túnel.

Viabilidad del proyecto

Sin embargo, este ambicioso proyecto cuenta con evidentes limitaciones técnicas que complican la viabilidad para la puesta en marcha del hipotético tren gravitacional. La primera de ellas tiene que ver con las dificultades técnicas para la perforación de un túnel rectilíneo a lo largo de los 12.714 kilómetros de diámetro polar o bien a través de los 12.756 kilómetros si consideramos el diámetro ecuatorial. De ser posible tal operación, cabría preguntarse qué hacer con los 340 millones de metros cúbicos de roca que haría falta sacar para la construcción del túnel.

Los modelos planteados por los expertos descartan la posibilidad de plantear un túnel terrestre, dadas las dificultades para atravesar zonas con presiones y temperaturas extremas de hasta 6.700 ºC. Pero, en el caso de poder materializarlo, tienen claro que un túnel transoceánico sería mucho más rentable teniendo en cuenta los costes de construcción por kilómetro y los plazos de ejecución necesarios.

tren gravitacional

El movimiento de placas tectónicas y las temperaturas extremas son un hándicap importante, y lamentablemente no existe ningún material en la naturaleza capaz de resistir semejantes condiciones y mucho menos aislar el túnel del intenso calor del núcleo terrestre. Del mismo modo, las condiciones de seguridad necesarias durante la construcción del túnel convierten este proyecto en una auténtica utopía propia de las mejores películas de ciencia ficción.

La segunda limitación tiene que ver con el propio funcionamiento del tren gravitacional, basado en el principio teórico del oscilador armónico. Teniendo en cuenta que el tren gravitacional alcanzaría una velocidad máxima de 28440 km/h, la resistencia ejercida por la fuerza de rozamiento del aire del túnel durante la caída libre en el primer tramo del viaje y el ascenso por inercia del segundo tramo, dificultaría el aprovechamiento neto de la atracción gravitacional provocando el frenado del convoy.

Algunas ideas planteadas sugieren la evacuación del aire existente en el interior del túnel hasta dejarlo prácticamente al vacío, para reducir a cero dicha fuerza de rozamiento. Sin embargo, esta hazaña es casi tan difícil como la posible perforación del manto terrestre.

A pesar de la dudosa viabilidad de un medio de transporte de este calibre, no podemos obviar las enormes ventajas que supondrían para el transporte y el turismo a nivel global. El tiempo para atravesar un planeta como el nuestro a través de su eje depende principalmente de la densidad del planeta y de la constante de gravitación universal. En el caso del planeta Tierra se estima en 2530,30 segundos, es decir, un trayecto de apenas 42,2 minutos que revolucionaría la industria turística y permitiría a una persona vivir en Madrid e ir a trabajar todos los días a Tokio.

Imágenes | vía pixabay y wikimedia

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