TechQuilibrium es un concepto muy reciente, un juego de palabras, algo muy habitual en el mundo anglosajón. El concepto surgió hace unos años y tenía que ver inicialmente con las empresas y el difícil equilibrio entre el negocio tradicional y el digital. Pero el concepto es tan acertado que puede emplearse en otros contextos. Por ejemplo, en el eLearning. Y es que aunque la enseñanza online se basa en la tecnología, ésta tiene que estar en sintonía con otros aspectos más clásicos.
La enseña a distancia empleando tecnología, lo que hoy llamamos eLearning, es algo relativamente reciente. Y como sabe adaptarse a los cambios constantes de la empresa o de la sociedad, sabe hacerse con todo aquello que está en boca de todos. Y el TechQuilibrium es parte de ello. No es ninguna religión ni ejercicio físico nuevo. Consiste en mirar hacia el futuro pero sin olvidar el pasado. Subirnos al carro de la tecnología pero sin olvidar las bases que nos han llevado hasta ahí. La clave está en el equilibrio. Pero no siempre es fácil.
Veamos cómo nace el concepto de TechQuilibrium, qué significa, a qué hace referencia, y cómo se ha extendido como una tendencia hacia la que va parte del eLearning. Y es que la tecnología sirve a un propósito, y sin propósito, la tecnología no es más que una herramienta que puede usarse bien o mal. De nosotros depende acertar o equivocarnos.
El TechQuilibrium en los negocios
Varias fuentes apuntan a que el concepto de TechQuilibrium surge en Gartner, una de las consultoras más reputadas en todo el mundo. Cuando se habla de tendencias y nuevas tecnologías, es rara la ocasión que no se cita a este gigante estadounidense de la consultoría tecnológica y empresarial.
Pues bien. A finales de 2019, en varias de sus charlas a empresarios y demás profesionales, surge esta palabra, una combinación de technology y equilibrium. Es decir, tecnología y equilibrio. Una definición aproximada de este nuevo término es “equilibrio tecnológico ideal que las empresas deben alcanzar para prosperar bajo la incertidumbre”. Y es que las empresas se mueven actualmente entre el mundo de los negocios clásico y el mundo digital. Todos saben que deben estar en el tren de lo digital, pero no todos saben cómo hacerlo y hasta qué punto. La incertidumbre se alimenta de los cambios constantes y de las novedades continuas.
El TechQuilibrium intenta poner algo de calma, que miremos el contexto en el que estamos, que miremos más allá de nuestro presente cambiante. ¿De dónde venimos y hacia dónde queremos ir? Traducido al mundo de la empresa: “identificar el punto de equilibrio tecnológico que defina el grado de digitalización de una organización para ser competitiva o para liderar una sociedad digital”, tal y como explica Don Scheibenreif, vicepresidente de análisis de Gartner. Equilibrio entre el negocio tradicional y el tradicional.
La tecnología no debe ser un comodín o una pose. Su implementación tiene que servir para que las empresas den el salto a lo digital potenciando lo que las ha llevado hasta ahí y permitiendo que se adapten más rápido y mejor a las necesidades y cambios del mercado. Incluso antes de que esos cambios empiecen a producirse.
¿Debe el eLearning encontrar su TechQuilibrium?
El eLearning es posiblemente uno de los mayores impulsos que ha vivido la formación en las últimas décadas. Integrando la tecnología y adaptándose a las necesidades y cambios actuales, la formación ha logrado llegar a todas partes, a todos los públicos y cubrir todos los frentes. Pero como todo cambia a marchas forzadas, el eLearning también debe hacerlo. No sin replantearse constantemente su razón de ser para seguir siendo la solución y no un problema.
Precisamente, el concepto de TechQuilibrium que surge en el contexto empresarial, en el que también nace el eLearning, ha calado como una de las tendencias a las que se dirige la formación a distancia. Como ocurre en otros ámbitos, en ocasiones la tecnología se ha introducido como la solución a todo. Pero la tecnología es una herramienta que puede usarse bien o mal. Su mera implementación no hará que algo vaya a mejor. Es necesario hacerlo a partir de unos objetivos, unas pautas y teniendo en cuenta a todas las partes afectadas.
Es lo que ocurre con el eLearning, cuyo pilar principal es la tecnología. La tecnología para hacer llegar el conocimiento al alumno. Pero es necesario saber qué necesidades tiene el alumno, qué motivaciones, qué necesita aprender y cómo debe transmitirse ese conocimiento para optimizar el esfuerzo y el tiempo empleados para ello.
Y como hablamos de equilibrio, se trata de dar el mismo peso al conocimiento y a la tecnología, lo que puede traducirse en dar menos protagonismo a uno u otro en función del contexto previo. O dicho de otra forma. No se trata de usar la tecnología como algo exótico sino integrarla en el proceso de formación. Dar pie a las clases mixtas o a las clases online en vez de la formación tradicional, generar dinámicas de interacción atemporales, ofrecer formación sin limitaciones horarias o físicas…
El eLearning que tiene en mente el TechQuilibrium es, curiosamente, la esencia del eLearning. Aprovechar lo que da de sí la tecnología para facilitar la interacción entre alumnos, la interacción profesor-alumnos, la transmisión de conocimiento, la evaluación del alumnado, la adaptación del conocimiento a cada caso y un largo etcétera que debe tener como propósito facilitar la formación durante toda nuestra etapa profesional. O incluso más allá.
