La impresión 3D sirve para mucho más que imprimir objetos cotidianos o de decoración. Desde hace años, se ha convertido en un imprescindible en el sector de la sanidad (a través de la bioimpresión) en el de la arquitectura o, incluso, en la educación, por nombrar algunos. Imprimir objetos en 3D, eso sí, tiene una serie de limitaciones. La principal; el material que se utiliza para ello, comúnmente plásticos como el PLA que por su escasa resistencia no siempre es útil para algunas soluciones. Aquí es donde entra en acción la impresión 3D en metal, que cuenta con una serie de ventajas y nuevas aplicaciones.
Una de las compañías más referentes en el ámbito de la impresión 3D es Melito, fabricante con sede en Jaén, cuyo principal proyecto es el que realiza junto a Phillips Corporation para la creación de piezas de repuesto en buques de la Armada de Estados Unidos. Melito, en concreto, es una multinacional especializada en la deposición de metales por láser (LMD, por sus siglas en inglés). Este proceso consiste en efectuar un baño de fusión al material a través de láser para, posteriormente, crear lo que ellos llaman “cordones de soldadura” con forma de alambre. Cordones que, con el fin de producir el objeto, se apilan uno encima de otro produciendo la forma deseada.
Una de las principales ventajas de la impresión 3D en metal son los múltiples materiales compatibles para ello, lo que permite la fabricación de una gran variedad de piezas. En el caso Melito trabajan principalmente con alambre metálico, pues afirman que es el metal más limpio, seguro y económico. También, con aceros inoxidables, dulces y de carbono; estos últimos con una gran resistencia de impacto y altas temperaturas.
La impresión 3D en metal tiene múltiples aplicaciones y beneficios para la industria
Ahora bien, ¿qué aplicaciones tiene la impresión 3D en metal? Una de las principales es la creación de piezas de repuesto que utilizan exactamente los mismos materiales. Por ejemplo, Melito pueden producir un pistón empleando una de sus diferentes impresoras 3D. O bien, una broca para minería con un tamaño de 96,5 x 96,44 x 91,3 mm. El tiempo de impresión, eso sí, varía considerablemente dependiendo del tamaño y el relieve de la pieza. Por ejemplo, en el caso de la broca para minería, tarda hasta 10 horas. Un objeto de 297 mm de alto y un peso de 15 Kg puede tardar hasta 70 horas.
En cualquier caso, debemos tener en cuenta lo que supone imprimir recambios o cualquier otro tipo de objeto de metal en 3D, y más concretamente, los beneficios que puede tener para la industria. La principal ventaja de la impresión 3D en metal es la velocidad con la que se puede obtener la pieza; pese a que pueden tardar horas, es un proceso mucho más rápido que el de pedir a un proveedor que fabrique la pieza y la envíe; proceso que puede durar días. Permite, además, ahorrar costes al evitar procesos más tradicionales, como la fundición.
¿Cómo pueden las empresas trabajar en la impresión 3D? A través de las soluciones que ofrecen compañías como Meltio, quien distribuye su software de generador de trayectorias de herramientas, así como sus diferentes impresoras 3D.