Los drones continúan mostrando sus ventajas. Pese a no influir directamente en la vida de la ciudadanía, comienzan a facilitar muchas tareas que en el campo agrícola y natural son esenciales.
El mundo de los drones es apasionante. Como ya se ha señalado en alguna ocasión, quizá no lleguen a ser ese unicornio que en un momento dado se vendió en los medios, es decir, que cambiaría las vidas de la población (de forma directa y personal) como hizo el smartphone. Sin embargo, parece que están cambiando ciertas cosas relevantes de manera indirecta. Gracias a los drones disfrutamos de contenidos audivisuales de gran calidad de manera económica. Gracias a ellos podremos tener envíos con Amazon en un futuro, y gracias a ellos podremos hacer el mundo un lugar mejor gracias a poder plantar 100.000 árboles en un solo día.
BioCarbon Engineering ha construido una flota de drones con esa capacidad de siembra por jornada. La deforestación es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los bosques y las selvas, y soluciones como esta para revertir los efectos son cada vez más eficientes. El método empleado no requiere, por supuesto, de enterrar las semillas. Se trata únicamente de depositarlas desde el aire, pero la innovación radica en medir mejor dónde depositarlas. Los drones se acercan más al suelo que otros sistemas, y su función es plantar en zonas donde las semillas se aprovechen, esto es, que no caigan sobre rocas o zonas no fértiles.
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Para ello, se hace un estudio de las posibles zonas con imágenes de satélite. Una vez elegidas, los sensores incluidos en la flota de drones permiten conocer la topografía del suelo, la biodiversidad existente y los posibles obstáculos (formaciones rocosas, etc).
Hace falta un piloto por cada seis drones. Eso puede ser un problema en ciertos lugares que por regulación no permiten controlar más de un dron a la vez, pero BioCarbon afirma que incluso de esa manera la productividad plantando es 10 veces superior al método tradicional de plantación manual. Además, el coste con un sólo dron se reduce a la mitad. Lo más interesante es conocer a cuánto ascenderán los costes una vez los drones sean autónomos.
