Un reciente estudio de Common Sense Media aporta un poco de luz sobre la actitud y hábitos de los adolescentes en redes sociales.
La adolescencia es una época de cambios en todos los sentidos, una etapa de nuestra vida donde la distancia entre padres e hijos es mayor. De ahí la desconfianza a cualquier cosa que reciba su atención, ya sea música, videojuegos o Internet, por la influencia que pueda suponer.
En este escenario, Common Sense es una organización sin ánimo de lucro dedicada a informar y aconsejar sobre el uso de Internet y otras tecnologías a padres e hijos, y recientemente ha publicado un estudio titulado Social Media, Social Life: Teens Reveal Their Experiences, en español “Redes sociales, vida social: los adolescentes revelan sus experiencias”.
¿Su propósito? Aportar más conocimiento a qué hacen los adolescentes en Internet, y más concretamente, en redes sociales. El estudio ha encuestado a más de 1.000 adolescentes entre 13 y 17 años que residen en Estados Unidos.
Dejando a un lado las diferencias de idioma y otros aspectos locales, podemos extrapolar este análisis a adolescentes de todo el mundo con acceso a smartphones y redes sociales, o al menos, hacernos una idea aproximada.
Redes sociales y adolescentes
La principal conclusión del estudio es que las redes sociales son, y serán, parte fundamental de la vida de los adolescentes, queramos o no. El análisis indica que el 70% de adolescentes acceden a redes sociales más de una vez al día, en 2018, frente al 34% del mismo estudio en 2012.
Esto no significa que los adolescentes les deban ciega obediencia a las redes sociales. Ellos mismos son conscientes de que los grandes de Internet manipulan a sus usuarios para que pasen más tiempo con sus dispositivos. Y también son conscientes de que las redes sociales son una distracción para ellos mismos y para sus amigos.
Otra conclusión importante del estudio es el impacto psicológico en adolescentes. Para ellos, las redes sociales les ayudan a ser más populares, sentirse más seguros y mejor consigo mismos. El impacto negativo a nivel emocional es mínimo, más bien al contrario, les ayuda a sentirse menos solos y a combatir la depresión.
Sobre la gestión que hacen de smartphones y redes sociales, el resultado es similar a otros ámbitos de su vida. En concreto, la mayoría difícilmente silencian o apagan sus dispositivos, más bien permanecen constantemente conectados o a la espera mientras hacen otras cosas.
¿Dónde pasan el tiempo los adolescentes en Internet? En el estudio de 2012, Facebook era la red social más popular, pero los años pasan y muchos le han dejado de prestar atención al ver que sus padres y abuelos tienen perfil en Facebook. En la actualidad, los adolescentes norteamericanos pasan el tiempo en Snapchat e Instagram.
Más conclusiones interesantes. La manera de comunicarse de los adolescentes es principalmente a través de mensajería instantánea (que sube del 33% 35%), incluso por encima del contacto físico (que baja del 49% al 32%). Ambos están a mucha distancia de redes sociales o videollamadas (16% y 10% respectivamente).
Es decir, aunque nos parezca que los adolescentes se aíslan del mundo con sus smartphones es más bien al contrario, permanecen en contacto a pesar de las distancias.
Malas experiencias y ciberacoso
El estudio de Common Sense concluye que para los adolescentes vulnerables, con baja autoestima, las redes sociales tienen más importancia en sus vidas, y a pesar de contadas experiencias negativas, el efecto positivo es mayor que el contrario.
Otro tema importante sobre adolescentes en redes sociales es el relacionado con los discursos de odio o el ciberacoso. Sólo un 13% de los encuestados ha padecido este problema.
Un problema mayor es que la mayoría de adolescentes que han participado en el estudio se han encontrado con contenido racista, sexista, homofóbico o de odio por motivos religiosos, reflejo del lado más negativo de la sociedad actual, dentro o fuera de Internet.
Si quieres obtener más información sobre el estudio de Common Sense Media sobre adolescentes puedes echar un vistazo al informe completo en PDF, en inglés, o leer el artículo resumen en español.