Liderar en el deporte de élite exige mucho más que técnica o estrategia. En disciplinas como el ciclismo, donde el triunfo individual depende del esfuerzo colectivo, el liderazgo requiere humanidad, visión y una capacidad excepcional para conectar.
Eusebio Unzué, director del Movistar Team, es un referente en la gestión de talentos y equipos de alto rendimiento. Su trayectoria ofrece valiosas lecciones aplicables tanto al deporte como a cualquier entorno donde la cooperación sea clave. Y es precisamente eso lo que Eusebio Unzué cuenta a Mejor Conectados, una iniciativa de Telefónica.
Natural de Irurtzun, Navarra, Unzué comenzó en 1980 con un modesto proyecto ciclista que, gracias a su visión y dedicación, evolucionó hasta convertirse en la estructura profesional que hoy conocemos como Movistar Team. En sus más de 45 temporadas al frente, ha acompañado a figuras icónicas como José Luis Laguía, Pedro Delgado, Álvaro Pino, Miguel Induráin, Alejandro Valverde, Nairo Quintana y Annemiek van Vleuten.

Relaciones humanas sólidas
Su gran habilidad no solo ha sido detectar talento y mantener unido un equipo en un entorno altamente competitivo. Para Unzué, el liderazgo se basa en construir relaciones humanas sólidas, fundadas en la confianza y el respeto. Como él mismo resume:
“Este es un deporte que se gana individualmente, pero se necesita del equipo para conseguirlo”.
Su filosofía pone en valor a todos los miembros del equipo, desde el líder hasta el último gregario. Durante su etapa con Induráin, vivió una de las épocas doradas del ciclismo español, con cinco Tours de Francia y dos Giros de Italia. Sin embargo, siempre ha destacado el trabajo silencioso de quienes permiten que el líder brille.
Más recientemente, ha guiado la carrera de Alejandro Valverde y ha apostado fuerte por el ciclismo femenino, ofreciendo a Van Vleuten un entorno ideal para explotar su potencial. Para Unzué,
“La victoria se la lleva uno solo, pero el trabajo se reparte entre siete u ocho”
Subrayando que el verdadero liderazgo inspira a otros a dar lo mejor, incluso si no aparece en los titulares.
Su estilo se basa en la confianza: conocer a sus corredores, entender sus necesidades y saber cuándo intervenir o dar espacio. Esta sensibilidad es clave para tratar a cada persona de forma individual. Además, liderar desde la experiencia —tras cuatro décadas observando y adaptándose— le permite decidir cuándo ser directo y cuándo suavizar el mensaje.

Para Unzué, delegar no es debilidad, sino inteligencia emocional. Sabe que no todos los líderes pueden soportar la presión en solitario, y repartir responsabilidades fortalece la cohesión del grupo.
De su ejemplo se desprenden las claves de un buen líder: empatía, adaptabilidad, confianza, solidaridad, inspiración y reconocimiento. Insiste en que cada corredor debe sentir que su trabajo, por pequeño que parezca, es vital para la victoria colectiva.
Su legado es una lección que trasciende el ciclismo: liderar es conectar, escuchar y construir equipo. Porque las grandes victorias no son de uno. Son del equipo que supo remar unido.