La compañía ha decidido reaccionar contra los bloqueadores de anuncios, haciendo indistinguible el HTML. Una manera de forzar a sus usuarios para que vean los contenidos publicitarios.
Cada vez es más frecuente que los equipos tengan instalado un bloqueador para evitar las técnicas cada vez más intrusivas de los anunciantes. Queremos ver una película online, buscar información o comprar por internet pero nos saltan páginas y páginas de publicidad. Nos ralentiza el software y optamos por descargar algún tipo de adblocker, capaces de disipar todo ese contenido «molesto».
Y es que visitamos páginas webs y aparece una cantidad gigantesca de publicidad intentando vendernos algo, ocupando la mayor parte de la visibilidad de la página. Pinchamos por error en una página y automáticamente nos lleva al destino solicitado, o incluso se nos abre otra plataforma con una voz anunciando el producto. Todos hemos sido ese visitante 1.000.000 y teníamos un premio esperándonos a la vuelta de la esquina, no me digáis que no.
En pie de guerra contra los bloqueadores de anuncios
En este escenario, Facebook ha decidido reaccionar contra los bloqueadores de anuncios de una forma muy eficiente. En concreto, convierte en indistinguible el HTML del contenido orgánico de su página, lo que impide que los bloqueadores de anuncios la identifiquen como publicidad y puedan eliminarla. Sin duda, se trata de una estrategia muy efectiva por parte de la compañía para forzar a los usuarios a que vean el contenido publicitario propuesto.
El gigante social ha tenido que reaccionar ante las pérdidas de ingresos que sufre durante años, eliminando la distinción entre publicidad y contenido. Por su parte, Google ha seguido una estrategia totalmente diferente: pactar con las compañías de ad-blocking. Así, ha conseguido convencer de que su publicidad no es intrusiva, pagando para que sus plugins aparezcan en la lista blanca de las compañías de bloqueo.
Configurar la experiencia publicitaria como usuario
La red social ha dejado claro en su anuncio que vive de la publicidad. Eso de ver solo contenido sin elementos publicitarios rompe las reglas del juego y no va con ellos. Sin embargo, nos ofrecen la posibilidad de configurar nuestra experiencia como usuario, ofreciendo elementos de control. De esta forma, en cada anuncio podremos hacer clic, decidir si queremos que nos aparezca e insertar el motivo de nuestra negativa.
Los sistemas de métrica serán fundamentales para la compañía, ya que, si un anuncio es rechazado por muchos usuarios, le saldrá mucho más caro poder anunciarse, lo que probablemente significará la retirada de ese contenido publicitario en la plataforma.
Modificar el código de sus anuncios y la forma en la que se integran en la plataforma se sitúa como la nueva política publicitaria de Facebook. ¿Te imaginabas que Facebook iba a dar un paso así? La polémica está servida.