Fiebre por la mensajería instantánea

La mensajería instantánea está de moda y se ha convertido en algo tan natural como realizar las clásicas llamadas de teléfono. El motivo de su éxito se encuentra en dos pilares. Es una comunicación menos intrusiva que la de voz –se responde cuando se desea- y su coste va ligado al montante que se abona por la tarifa plana.

WhatsApp abrió el melón hace tres años, allá por 2009, pero ahora hay muchas opciones más, y mucho más depuradas, aunque de momento no cuenten con la legión de seguidores de la pionera.

WhatsApp tiene claroscuros y el más preocupante de ellos es la seguridad. Las comunicaciones no están encriptadas, por lo que es posible que terceros accedan en remoto a las mismas. Hace sólo un mes diversos medios de comunicación se hicieron eco de una aplicación de Android que permitía, a través de una red Wifi, espiar las conversaciones.

Eso es algo impensable en los nuevos programas de mensajería. Analicemos, por ejemplo, TuMe , la apuesta de Telefónica. La seguridad en las comunicaciones está sometida a cifrado para que nadie pueda acceder al chat, algo muy importante porque, aunque muchas conversaciones de los usuarios pueden ser triviales, la mensajería cada vez se utiliza más para cerrar negocios y mantener conversaciones mucho más transcendentales.

TuMe también saca ventaja a su rival directo en otros aspectos. Permite no sólo el envío de textos, vídeos, grabaciones de voz e imágenes, también es posible realizar llamadas de voz vía datos, algo muy interesante y que no es posible en WhatsApp.

Además, TuMe muestra de forma clara y ordenada las fotografías y archivos multimedia, algo muy importante en la comunicación vía mensajería instantánea, que se puede convertir en un cajón desastre en el que no encontraremos nada si los archivos no están debidamente organizados.

Otro competidor que le ha salido a WhatsApp es Joyn. De entrada será un hueso duro de roer porque cuenta con mucho músculo, al estar impulsado por los principales operadores y fabricantes de telefonía móvil del mundo. Es cierto que la brecha de usuarios con la que parte WhatsApp respecto a sus rivales es muy grande, pero desde el punto de vista tecnológico casi no ha evolucionado –caídas reiteradas en el servicio, interfaz poco atractivo, seguridad…- y sus rivales directos le sacan varios cuerpos de ventaja en estos aspectos.

De lo que no hay duda es de que esta situación de guerra abierta redundará en un mejor servicio para el cliente, que elegirá aquella aplicación que más se adapte a sus necesidades y más garantías le ofrezca.

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