Flipped Classroom

Flipped Classroom: ¿cómo funciona el modelo de aula invertida?

Estudiar en casa. Hacer los deberes en clase. Se conoce como clase invertida o aula invertida, del inglés flipped classroom y quiere cambiar la educación para sacar lo mejor de la clase, del trabajo doméstico y del papel que tiene el profesor y el alumno. Lo fácil en casa y lo difícil en clase. Pero hay mucho más y tiene mucho en común con el eLearning o educación a distancia.

El aula invertida o flipped classroom es un método pedagógico semipresencial o mixto. Lo es porque emplea tiempo de estudio tanto en la propia aula o clase como en el hogar o espacio personal del alumno. Pero en realidad, dista poco del sistema educativo clásico en el que el profesor da la clase en un espacio físico y el alumno hace deberes en casa. El modelo de clase invertida le da la vuelta a eso.

Que el profesor dé su clase magistral y el alumno realice tareas y ejercicios en casa es a lo que todos estamos acostumbrados. Pero por qué no procesar la teoría en casa, mediante textos, vídeos y otros materiales de consulta, para luego aplicar esa teoría en clase con el asesoramiento y ayuda del profesor. El alumno tomaría un papel activo para aprender y el profesor tendría también un rol más activo adaptándose a las necesidades de cada alumno.

Sin tiempo que perder

Como otros ámbitos de nuestra vida, la educación ha intentado luchar contra el factor tiempo. Es frecuente que alumnos y profesores se quejen de la falta de tiempo para enseñar y/o realizar las tareas de clase. Y, precisamente, la iniciativa flipped classroom va enfocada a sacar provecho del ámbito educativo y personal para aprovechar el tiempo de aprendizaje y estudio.

Aunque esta práctica implica la participación y dedicación por parte de profesor y alumnos, la propuesta es muy estimulante para ambos. En primer lugar, el profesor propone una actividad teórica y práctica. Leer un texto, ver un vídeo y/o responder a unas preguntas de un test. Como ocurre con el eLearning. Al día siguiente, en clase, el profesor propone actividades para poner en práctica lo aprendido. Es más, los propios alumnos pueden resumir o explicar la teoría que aprendieron en casa, obteniendo un rol más activo en clase.

Dicho de otra forma. Dedicar las tareas fáciles, básicas o teóricas al ámbito personal del alumno. Y aprovechar el tiempo en clase para tareas más constructivas o elaboradas como debatir, reflexionar o resolver dudas. El profesor pasa a ser un guía para los alumnos en vez de limitarse al papel de intermediario entre el alumno y el conocimiento. Algo que la tecnología y los recursos de consulta actuales ya hacen.

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Educación activa y responsable

En palabras de los expertos, con flipped classroom “el alumno pasa a ser parte activa de su propio aprendizaje: asume responsabilidades, toma decisiones, trabaja con sus compañeros para alcanzar objetivos comunes y aprende habilidades como la comunicación, el trabajo en equipo o la creatividad, que no solo le sirven para sus estudios sino para su futuro”. En resumen, lo mejor del eLearning y de la educación clásica con un mismo fin.

Sobre el papel, la idea es muy acertada. Precisamente, una de las críticas que recibe la educación clásica es la pasividad del alumno. El profesor explica, el alumno atiende. Con el aula invertida, el alumno procesa conocimiento, lo interioriza, lo comparte con sus compañeros y/o el profesor procura que este proceso sea lo más óptimo posible para que todos los alumnos adquieran los conocimientos.

Pero en la práctica, la educación activa requiere compromiso. Es decir, de nada sirve aplicar el método flipped classroom si el alumno no prepara la clase con anterioridad y/o luego no participa en las actividades presenciales. Esto sirve para todas las edades y ámbitos educativos. Y aquí vuelve a entrar el profesor. Su papel es también el de motivar al alumno para garantizar su compromiso a aprender.

Motivar al alumno tiene aquí varias lecturas. Primero, tener en cuenta la edad y capacidad de cada alumno. Adaptar el tiempo de estudio aceptable en función de esos parámetros. Ofrecer material de consulta acorde a las capacidades del alumno. Procurar variedad de materiales aprovechando que en la actualidad contamos con recursos audiovisuales a los que ciertas generaciones están más acostumbrados y que consumen con mayor facilidad.

Flipped classroom y eLearning

Decíamos que el concepto de flipped classroom o aula invertida se puede aplicar a todas las edades y periodos educativos. Desde primaria hasta la universidad. Y, por descontado, a la educación posterior, en la edad adulta. Vamos, que la clase invertida encaja perfectamente con el eLearning o educación online.

Empleando un sistema semipresencial o directamente virtual, gracias a Internet y a los dispositivos conectados podemos emplear el aula invertida en cursos online. Es más, muchos de ellos ya implementan este sistema en su mayor parte. Para empezar, ofrecer contenido y material de aprendizaje. Y, una vez procesado, podemos contactar con el profesorado para resolver dudas. El alumno se responsabiliza de su propia educación y el profesor asume su papel como consejero o asesor para que el alumno alcance su objetivo.

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