En tan solo diez años, la vida de Jota García, triatleta paralímpico español, cambió significativamente. Perdió la visión debido a una uveítis, primero en el ojo izquierdo y después en el ojo derecho. La sensación de vértigo se apoderó de sí mismo de una forma inevitable. Nadie está preparado para perder la vista, como asegura, pero poco a poco su fortaleza personal le permitió adaptarse a esta situación.
Encontró en el triatlón, una especialidad deportiva que aúna natación, ciclismo y carrera a pie, un salvavidas. “Yo sabía que el deporte me iba a ayudar a salir adelante”, afirma en una conversación con Mejor Conectados, una iniciativa de Telefónica. Gracias a su trabajo en el día a día, el triatleta español consiguió el séptimo puesto en los Juegos Paralímpicos de Tokio. Ahora, busca su primera medalla en París. Conocemos en profundidad una de las historias de superación, constancia y trabajo en equipo más inspiradoras del deporte español.
La fortaleza personal de Jota García para remar a contracorriente
¿Qué se puede hacer sin ver? Durante mucho tiempo, esta era la pregunta que rondaba la cabeza de Jota García. Nuestro día a día está tan marcado por lo visual que conocer una noticia así genera miedo y frustración, pero Jota, en lugar de rendirse, decidió afrontarlo con fuerza.
El triatleta español comenzó perdiendo la vista poco a poco. Le detectaron uveítis, una inflamación en el interior del ojo, y a los 28 años se quedó ciego después de someterse a una dura operación en la que las esperanzas no estaban perdidas. En pleno proceso se diplomó en Óptica y Optometría para conocer más sobre su caso, un hecho que ya muestra parte de su fortaleza personal.
Se apoyo en su circulo personal para superar la adversidad y comenzó a trabajar en sí mismo bajo la filosofía de que “no sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta”. Le prometió a su doctora que se convertiría en uno de los deportistas paralímpicos de referencia. El 28 de agosto de 2021 cumplió su palabra cuando consiguió el séptimo puesto en los Juegos Paralímpicos de Tokio.
Triatlón al más alto nivel
Jota descubrió el triatlón cuando se disputó una competición de media distancia en Buitrago de Lozoya, su pueblo natal. Por aquel entonces, aún mantenía la visión en el ojo derecho, y ser testigo de las capacidades de decenas de hombres que salían del agua con neoprenos, se montaban en bicicleta y terminaban corriendo cambió su vida.
Cuando le comunicaron que no iba a ver más, sabía que de una manera u otra el deporte le iba ayudar a salir adelante. Y, ¿por qué no el triatlón? Comenzó su trayectoria con el apoyo incondicional de Mario Vicente, un amigo de toda la vida que le propuso que saliera a correr con él. Los increíbles resultados de Jota en tan solo seis meses le llevaron a ponerse en manos del entrenador Nacho Jiménez.
“Nacho confiaba en mí, antes de yo mismo confiase en mí. Me ha enseñado a abrazar el deporte de alto rendimiento, a confiar en mí, a ser muy disciplinado, a realmente creer en el alto rendimiento como herramienta para sacar tu mejor versión y me ha ayudado a estar donde estoy”, explica el triatleta español.
Diez años después de perder su visión, Jota García trabaja para conseguir una medalla en los Juegos Paralímpicos de París 2024. Su caso muestra cómo las conexiones humanas y la fortaleza personal pueden ayudar a superar las adversidades que se presentan en la vida. No te pierdas su historia completa narrada en primera persona por él mismo y su equipo en Mejor Conectados, una iniciativa de Telefónica.